MADRID, 22 Jul. (EUROPA PRESS) -
El sangrado en el interior del revestimiento del cerebro (hemorragia subaracnoidea) es significativamente más frecuente entre los fumadores, especialmente en las mujeres fumadoras, que en las personas que no consumen tabaco, según revela una nueva investigación que se publica en la revista 'Stroke' de la Asociación Americana del Corazón.
La hemorragia subaracnoidea resulta del sangrado en el revestimiento entre la superficie del cerebro y el tejido cerebral subyacente. Aunque son más comunes entre las mujeres que entre los hombres, las razones de esta diferencia no estaban claras. A pesar de que el tabaquismo es el principal factor de riesgo, este estudio examinó la asociación entre el hábito de fumar y la hemorragia subaracnoidea en un análisis prospectivo de gran tamaño.
"El sexo femenino se ha descrito como un factor de riesgo independiente para la hemorragia subaracnoidea, pero vimos una fuerte evidencia de que el riesgo elevado en las mujeres se explica por la vulnerabilidad a fumar -dice el autor principal del estudio, Joni Valdemar Lindbohm, médico de Neurocirugía y Salud Pública de la Universidad de Helsinki, en Finlandia--. Nuestros resultados sugieren que los factores de riesgo como edad, sexo y estilo de vida juegan un papel crítico en la predicción de qué pacientes están en riesgo de hemorragia subaracnoidea y hacen hincapié en la importancia de estrategias eficaces para dejar de fumar".
Aunque el tabaquismo se relacionó con un aumento del riesgo de hemorragia subaracnoidea en ambos sexos, las mujeres enfrentan al mayor riesgo. En concreto, los investigadores vieron que entre los fumadores moderados (de uno a diez cigarrillos por día), las mujeres eran 2,95 veces más propensas a sufrir una hemorragia subaracnoidea en comparación con las no fumadoras, mientras que los hombres que fumaban cantidades comparables de cigarrillos tenían 1,93 veces más de riesgo.
Las mujeres que fuman entre 11 y 20 cigarrillos por día eran 3,89 veces más propensas a presentar una hemorragia subaracnoidea en comparación con las no fumadoras, mientras que los hombres que fumaban cantidades comparables de cigarrillos tenían 2,13 veces más de riesgo. En el caso de las fumadoras de 21 a 30 cigarrillos diarios el riesgo fue más de 8,35 veces superior frente a las que no consumían tabaco, mientras que los hombres que fumaban cantidades comparables de cigarrillos tenían 2,76 veces más probabilidades.
DEJAR DE FUMAR REDUCE EL RIESGO
La buena noticia es que el riesgo de hemorragia subaracnoidea disminuyó significativamente entre los ex fumadores. Las mujeres y los hombres que dejaron de fumar durante más de seis meses antes registraban un riesgo comparable con los no fumadores. "No hay un nivel seguro de tabaquismo --subraya Lindbohm--. Naturalmente, la mejor opción es no volver a empezar. Sin embargo, dejar de fumar puede reducir el riesgo de hemorragia subaracnoidea en ambos sexos".
Los participantes del estudio fueron 65.521 adultos. Desde 1972, este estudio ha obtenido información sobre la salud de los participantes seleccionados al azar a través de cuestionarios y exámenes físicos. Un poco más de la mitad de los participantes eran mujeres y la edad media fue de 45 años. El seguimiento medio fue de 21 años desde la inscripción en el estudio hasta el primer accidente cerebrovascular, muerte o la finalización del estudio el 31 de diciembre de 2011.
Los autores señalan que el hábito de fumar de los participantes podría haber cambiado después de la inscripción de estudio y que el consumo de alcohol, medicamentos para la presión arterial alta o colesterol alto son factores que podrían afectar a los resultados. Según la Asociación Americana del Corazón, la hemorragia subaracnoidea representa el 3 por ciento de todos los accidentes cerebrovasculares. El tabaquismo es quizás el factor de riesgo modificable más importante para prevenir la hemorragia subaracnoidea.