MADRID, 30 Abr. (EUROPA PRESS) -
Más del 20% de mujeres que optan por la reproducción asistida lo hacen en solitario, según han recordado expertos de la clínica Ginefiv, quienes han recordado que la reproducción asistida facilita la posibilidad de ser madre a muchas mujeres que tienen dificultades por múltiples motivos.
La edad media de las mujeres solteras que se somete a un tratamiento de reproducción asistida se sitúa en los 39 años. "Estas mujeres suelen aplazar la maternidad hasta haber desarrollado su carrera profesional o encontrar pareja estable. Sin embargo, se encuentran en el límite de su edad reproductiva, por lo que deciden tener un hijo solas al no poder retrasar más la hora de la maternidad", ha dicho la coordinadora de ginecología la Clínica Ginefiv, Victoria Verdú.
Suelen ser perfiles que se encuentran en un momento socioeconómico adecuado para poder por fin disfrutar de la maternidad. Asimismo, muchas mujeres han retrasado su maternidad para crecer como profesional y no quieren esperar a encontrar una pareja y que ya sea demasiado tarde. "El retraso de la maternidad es cada vez más frecuente, y la aparición de técnicas de reproducción asistida que permiten a las mujeres asumir un embarazo en solitario ha impulsado que muchas mujeres decidan ser madres cuando en el pasado habrían renunciado", ha recalcado Verdú.
Y es que, según el 'Estudio de Conocimiento y Hábitos de Fertilidad, realizado por la clínica de reproducción asistida en junio de 2018 a más de 1.300 mujeres, no tener pareja es para el 28,5 por ciento de las encuestadas el motivo por el que deciden retrasar la maternidad. Otros factores se deben a las dificultades económicas y laborales que obligan a que tengan que retrasar sus planes de maternidad.
LA CRISIS HA AFECTADO A LA PLANIFICACIÓN FAMILIAR DEL 47% DE LAS MUJERES
De hecho, el 47 por ciento de encuestadas considera que les ha afectado la crisis económica en su planificación familiar y un 29,5 por ciento esperan poder tener un hogar propio para plantearse ser madres. Como consecuencia de este retraso, muchas mujeres tienen que renunciar a transferir su carga genética y deben recibir una donación de óvulos.
"A partir de los 35 la reserva ovárica de las mujeres se reduce drásticamente, lo que implica que el 30 por ciento de mujeres a partir de esta edad tengan que recibir una ovodonación y renunciar a tener descendencia con su carga genética", ha enfatizado Verdú.
El primer tratamiento al que se recurre cuando mujeres solteras acuden a la clínica es la inseminación artificial (IA) con ovulación natural y, para ello, se requiere semen de donante, a través de un banco de esperma, que es completamente anónimo, aunque cada vez existen más opciones como la donación de óvulos y/o de embriones.
Sin embargo, el retraso de la maternidad disminuye la cantidad y la calidad de óvulos. "Es importante no esperar más allá de los 38 años para someterse a un tratamiento de reproducción asistida, ya que las probabilidades de éxito disminuyen y aumentan las posibles complicaciones en el embarazo", ha aclarado Verdú.
La edad avanzada favorece que se tenga que optar por otras técnicas innovadoras como la ovodonación o la adopción de embriones, que aumentan las probabilidades de éxito y a las que se suele recurrir después de que las opciones anteriores no hayan resultado. "Se trata de una técnica cómoda para la mujer, ya que las pacientes que se someten a un programa de recepción de óvulos o embriones no tienen que estimular los ovarios, y además multiplica por siete las probabilidades de éxito", ha zanjado la doctora.