MADRID, 25 Feb. (EUROPA PRESS) -
Marcar los tumores de mama con semillas de yodo reduce un 15-20 por ciento el tiempo de la cirugía con respecto a la técnica tradicional, el marcaje con arpón, y permite ahorrar volúmenes de hasta 30 centímetros cúbicos de tejido sano en el pecho, según la responsable de la implantación de la técnica del ganglio centinela y de las técnicas de cirugía radioguiada en el Departamento de Medicina Nuclear de MD Anderson Madrid, María Eugenia Rioja.
"Estas semillas emiten dosis de radiación muy pequeñas, que no son perjudiciales para los pacientes, pero que los profesionales pueden seguir durante la intervención gracias a un detector especial. Este detector emite una señal acústica conforme nos vamos acercando a la lesión, que va incrementándose cuanto más cerca estamos de la misma", explica el doctor Óscar Alonso, especialista en oncología quirúrgica digestiva de MD Anderson Madrid.
Estas semillas se colocan unos días antes de la intervención, ya que no se mueven de donde se sitúen y, una vez en quirófano, su localización gracias a la emisión de radiación permite a los profesionales situar de una forma mucho más precisa el instrumental de laparoscopia. "La posibilidad de preparar la intervención con la lesión perfectamente localizada y el paciente ya tumbado en la posición en la que vamos a trabajar mejora mucho la precisión", apunta Alonso.
Esta técnica, según detalla el experto, puede utilizarse tanto para la localización y extracción de tumores primarios como de metástasis, si bien "suele ser más útil" en metástasis ubicadas en el peritoneo o en los ganglios, ya que los tumores primarios se ubican normalmente en un determinado órgano y, para estos casos, se suelen utilizar otras técnicas como, por ejemplo, la endoscopia. Además, también se emplea en lesiones intraabdominales de pequeño tamaño y difícil acceso, con el objetivo de facilita a los profesionales su extracción gracias a las dosis de radiación que emiten.