La investigación en Ginecología se centra en la reproducción y no en la salud de la mujer por el predominio masculino

Archivo - Ginecólogo
Archivo - Ginecólogo - FSTOP123/ ISTOCK - Archivo
Publicado: martes, 29 noviembre 2022 18:13

MADRID, 29 Nov. (EUROPA PRESS) -

Un estudio preliminar de la Universidad de Tel Aviv (Israel) ha revelado que, debido al predominio masculino en el campo de la ciencia ginecológica, la mayor parte de la investigación ginecológica se centra en el parto y la reproducción en lugar de en la salud y el bienestar de las mujeres.

Al trazar un mapa de las revistas científicas de la categoría de ginecología y obstetricia, el estudio descubrió que la mayoría se ocupa de la fertilidad, el embarazo, los fetos y el parto, mientras que muchos temas que son mucho más críticos para la calidad de vida de las mujeres reciben poca atención, tanto en la investigación científica como en la clínica.

Según el estudio, publicado en la revista científica 'Nature Reviews Urology', entre esos temas importantes, marginados durante siglos, se encuentran: las enfermedades y daños en los músculos y nervios de la pelvis y los órganos sexuales femeninos, el placer sexual femenino, los derechos y la autonomía en el parto, la conexión entre el ciclo menstrual y el sistema inmunitario, la menopausia y los últimos años de la vida, y otros.

"Los hombres han dominado la ginecología durante casi mil años, y su identidad de género influye en todo lo que ocurre en esta especialidad, incluido el diseño de la investigación y las prácticas médicas. Aunque no sean conscientes de su propio sesgo y tengan las mejores intenciones, los hombres consideran tradicionalmente el cuerpo femenino como un objeto para producir bebés o satisfacer los deseos sexuales de los hombres. Ha llegado el momento de que las mujeres dominen la disciplina que debe cuidar de su salud", ha comentado Netta Avnoon, del Departamento de Sociología y Antropología y de la Escuela de Administración Coller de la Universidad de Tel Aviv.

La doctora explica que ninguna actividad social es neutral, objetiva o descontextualizada, y la ciencia y la medicina no son una excepción. Inevitablemente, las posiciones y disposiciones sociales influyen en las actitudes de quienes crean la ciencia.

Una amplia investigación histórica y feminista ha demostrado que la ginecología, como especialidad médica, se masculinizó hace 800 años, y aún se adhiere a los valores patriarcales. En la antigüedad, las mujeres solían ser tratadas por mujeres expertas, que incluso escribían libros sobre el tema, pero durante la Edad Media, estas mujeres y sus conocimientos fueron gradualmente expulsados y sustituidos por hombres.

Desde el siglo XVI, la especialidad está totalmente dominada por los hombres y, en consecuencia, son ellos los que determinan qué temas son "interesantes" y dignos de estudio; son ellos los que establecen las prácticas y los protocolos y los que introducen los tratamientos, las tecnologías y las técnicas, sometiendo con demasiada frecuencia a los pacientes a prácticas médicas no necesariamente benévolas.

Para exponer el enfoque real de la investigación ginecológica en la actualidad, en línea con los estudios feministas anteriores, la doctora Avnoon eligió un indicador revelador: los títulos de las revistas científicas internacionales en la categoría de ginecología y obstetricia.

Analizó la lista que aparece en el Journal of Citation Reports, una base de datos que proporciona información general y estadística sobre las revistas científicas de todo el mundo, y los resultados fueron claros: de las 83 revistas que aparecen por título en la categoría, el 49 por ciento se dedican exclusivamente a las funciones reproductivas, el embarazo, los fetos y el parto; el 24 por ciento se centran tanto en la ginecología como en la obstetricia; sólo el 12 por ciento de cuestiones de salud de los órganos sexuales femeninos que no están relacionadas con las funciones reproductivas; el 6 por ciento de las mamas; el 5 por ciento de los cánceres ginecológicos; y un mero 4 por ciento (3 revistas) se ocupa de la salud de las mujeres antes y después de la edad fértil, incluida la menopausia.

Avnoon señala un ejemplo reciente del sesgo de género de la ginecología: el caso de las mallas transvaginales. En 2019, Estados Unidos prohibió el uso de la malla transvaginal, un procedimiento ginecológico común utilizado desde la década de 1950 para reparar el prolapso de los órganos de la pelvis en el compartimento vaginal anterior, que había causado una amplia morbilidad e incluso 77 muertes documentadas en Estados Unidos.

El activismo de las pacientes había movido al organismo regulador estadounidense a intervenir, exponiendo el fracaso de décadas de la ciencia ginecológica para evaluar clínicamente los resultados de este procedimiento quirúrgico, y revelando el sesgo en la forma en que los investigadores presentaban estos resultados en las publicaciones científicas.

A la luz de sus hallazgos, la doctora Avnoon propone ahora varias mejoras: "La obstetricia, centrada en la fertilidad, la reproducción, el embarazo, el feto y el parto, debería separarse de la ginecología, una especialidad dedicada a la salud de la mujer. El cuidado del feto, esencial por derecho propio, no debe ir en detrimento de la salud de la madre. Asimismo, la formación en ginecología debe incluir un capítulo importante de estudios de género y feministas, y los protocolos médicos existentes deben modificarse a fondo para centrarse en las necesidades de las propias mujeres, y no en las de sus bebés, sus cónyuges o sus médicos. Además, la legislación y los procedimientos legales están en orden, especialmente en los tribunales de derechos humanos, para proteger el derecho de las mujeres a la salud y a una atención médica óptima".