MADRID, 8 Abr. (EUROPA PRESS) -
Una nueva inmunoterapia para tratar los precánceres en el cuello uterino ha eliminado completamente tanto la lesión como la infección subyacente por virus del papiloma humano (VPH) en un tercio de las mujeres inscritas en un ensayo clínico.
La vacuna inyecta una proteína que desencadena una respuesta del sistema inmune para atacar a los tipos de VPH de alto riesgo que causan casi todos los precursores del cáncer de cuello uterino, conocidos como neoplasia intraepitelial cervical (NIC).
"Hay muy pocos productos que traten de curar a las mujeres que ya tienen una infección por el VPH. Es muy emocionante. Es la primera vez que vemos algo con esta tasa de éxito que es relativamente fácil de implementar", explica una de las responsables del ensayo, Diane Harper, profesora de Medicina Familiar, Obstetricia y Ginecología en Michigan Medicine (Estados Unidos).
Las lesiones precancerosas cervicales se dividen en tres grados de gravedad: Las lesiones de la NIC 1 generalmente desaparecen por sí solas. Las de NIC 2 a menudo desaparecen por sí solas, pero también pueden progresar a lesiones NIC 3, la más grave. Sin embargo, es una enfermedad de crecimiento muy lento: menos de la mitad de las lesiones NIC 3 se habrán convertido en cáncer en un plazo de 30 años.
"Pero no tenemos forma de determinar qué mujeres con NIC 3 progresarán a cáncer y cuáles no. Así que tratamos a todas las mujeres con NIC 2 ó 3 como si fueran propensas a desarrollar cáncer", detalla Harper.
El estudio incluyó a 192 mujeres diagnosticadas con NIC2 o NIC3, asignando al azar a 129 para recibir la vacuna y a 63 un placebo. Las mujeres recibieron tres inyecciones en el muslo, una por semana durante tres semanas. Seis meses después, fueron tratadas con procedimientos quirúrgicos estándar para NIC 2/3 y se examinó el tejido extraído.
Las mujeres que recibieron la vacuna fueron más del doble de propensas que las que recibieron placebo a ver su lesión eliminada sin importar el tipo de infección por VPH. Los resultados fueron más sorprendentes en NIC3: al menos el 15 por ciento y hasta el 36 por ciento de las que recibieron la vacuna vieron cómo se eliminaba, mientras que ninguna de las mujeres del grupo del placebo lo hizo.
Los investigadores siguieron a las participantes durante otros dos años y medio después de la cirugía, el estudio más largo que ha dado seguimiento a las mujeres en estos ensayos. Demostraron que el seguimiento a largo plazo era mejor para las que recibieron la vacuna que el placebo, y que más mujeres en el grupo de la vacuna se mantuvieron completamente libres del VPH.