MADRID 1 Ago. (EUROPA PRESS) -
Científicos de la Universidad de California en San Francisco (UCSF) en Estados Unidos han descubierto que la endometriosis (una dolorosa enfermedad crónica que afecta al 10% de las mujeres y que a menudo no se diagnostica) suele presentarse junto con afecciones como el cáncer, la enfermedad de Crohn y la migraña.
El estudio, que aparece en 'Cell Reports Medicine' utilizó métodos computacionales desarrollados en la UCSF para analizar registros de pacientes anónimas recopiladas en los seis centros de salud de la Universidad de California.
La investigación podría mejorar el diagnóstico y, en última instancia, el tratamiento de la endometriosis, y ofrece el retrato más claro hasta la fecha de una enfermedad tan misteriosa como prevalente.
"Ahora contamos con las herramientas y los datos necesarios para marcar la diferencia en la enorme población que padece endometriosis", informa la doctora Marina Sirota, directora interina del Instituto de Ciencias de la Salud Computacional Bakar (BCHSI) de la UCSF, profesora de pediatría y autora principal del artículo. "Esperamos que esto impulse un cambio radical en la forma en que abordamos este trastorno".
La endometriosis se produce cuando el endometrio, el tejido rico en sangre que crece en el útero antes de ser expulsado mensualmente durante la menstruación, se propaga a otros órganos cercanos. Provoca dolor crónico e infertilidad. Se estima que casi 200 millones de mujeres en todo el mundo la padecen.
"La endometriosis es extremadamente debilitante", agrega Linda Giudice, médica científica del departamento de obstetricia, ginecología y ciencias reproductivas de la UCSF y coautora del artículo. "El impacto en la vida de las pacientes es enorme, desde sus relaciones interpersonales hasta la posibilidad de conservar un trabajo, formar una familia y mantener el bienestar psicológico".
El estándar de oro para diagnosticar la endometriosis es la cirugía para encontrar tejido endometrial fuera del útero, y se trata principalmente con hormonas para suprimir el ciclo menstrual o cirugía para eliminar el exceso de tejido. Pero no todas las mujeres responden a la terapia hormonal, que puede tener efectos secundarios debilitantes. Incluso después de la cirugía, la afección puede reaparecer. La extirpación del útero es un último recurso que suele reservarse para mujeres mayores; sin embargo, algunas mujeres continúan sintiendo dolor incluso después de una histerectomía.
En este contexto, Giudice se asoció con Sirota para aprovechar los datos anónimos de pacientes del sistema de salud de la Universidad de California contra la endometriosis, que puede variar considerablemente entre pacientes. Tanto Giudice como Sirota son investigadoras principales del Centro de Endometriosis para el Descubrimiento, la Innovación, la Capacitación y la Participación Comunitaria (ENACT) de la UCSF-Stanford.
"Estos datos son confusos; no se recopilaron con fines de investigación, sino con el propósito real y humano de ayudar a las mujeres que necesitan atención", destaca Sirota. "Tuvimos la excepcional oportunidad de evaluar rigurosamente cómo se presenta la endometriosis en la población de pacientes de la UCSF y luego preguntarnos si estas observaciones eran válidas para las pacientes atendidas en otros centros de salud de la Universidad de California".
Utilizando algoritmos desarrollados para la tarea, Umair Khan, un estudiante de posgrado en bioinformática en el laboratorio de Sirota y primer autor del artículo, buscó conexiones que vincularan la endometriosis con el resto del historial de salud de cada paciente. Así, comparó a pacientes con endometriosis con pacientes sin ella y clasificó a los pacientes con endometriosis en grupos según sus antecedentes médicos comunes. Cotejó sus hallazgos de los datos de la UCSF con los del resto de los datos de salud de la Universidad de California para comprobar si se mantenían en toda California.
"Encontramos más de 600 correlaciones entre la endometriosis y otras afecciones", destaca Khan. "Estas iban desde las que ya conocíamos o sospechábamos, como la infertilidad, las enfermedades autoinmunes y el reflujo ácido, hasta las inesperadas, como ciertos tipos de cáncer, el asma y las enfermedades oculares". Algunos pacientes tenían migrañas, lo que refuerza estudios previos que sugieren que los medicamentos para la migraña podrían ayudar a tratar la endometriosis.
El estudio respalda la creciente comprensión de la endometriosis como un trastorno "multisistémico", es decir, una enfermedad que surge de una disfunción en todo el cuerpo.
"Este es el tipo de datos que necesitamos para lograr un cambio radical, algo que no se ha logrado en décadas", expone Giudice. "Por fin nos estamos acercando a un diagnóstico más rápido y, con el tiempo, esperamos, a un tratamiento personalizado para los millones de mujeres que padecen endometriosis".