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MADRID, 18 Feb. (Infosalus/EP) -
Aproximadamente durante una semana al mes las mujeres pasan por síntomas de malestar que pueden llegar a interferir en su calidad de vida. El uso de fármacos antiinflamatorios para paliar su efecto se ha extendido, sin embargo existen hábitos saludables que también se pueden incorporar para seguir con el ritmo diario.
Según explica a Infosalus la doctora Begoña Olartecoechea, especialista del departamento de Ginecología de la Clínica Universidad de Navarra, se considera que el síndrome premenstrual debe tratarse cuando la paciente refiere una sensación de incapacitación vital derivada del cuadro de síntomas que padece, independientemente de que estos puedan considerarse de forma objetiva más o menos graves o leves.
Los síntomas, como señala Olartecoechea, varían de una persona a otra y se agrupan en síntomas físicos y emocionales. Los físicos van desde la hinchazón abdominal o de las mamas hasta los dolores de cabeza y el dolor lumbar irradiado hacia las piernas; los emocionales se refieren sobre todo a sensación de tristeza e irritabilidad los días previos a la menstruación.
Identificar el origen
Existen patologías físicas, como las derivadas del crecimiento anormal del tejido característico del útero fuera de éste (endometriosis), que pueden originar dolores similares a los que se presentan en un cuadro de síndrome premenstrual. Por este motivo es clave descartar la presencia de otros posibles trastornos orgánicos o psiquiátricos que estén causando o agravando los síntomas en los días previos o posteriores a la menstruación.
Una vez es claro que se trata de síndrome premenstrual, las actuaciones en las que se requiere tratamiento pasan primero por un cambio en el estilo de vida antes de por el uso de fármacos, aclara Olartecoechea. En el caso de ser necesario el tratamiento farmacológico, la doctora apunta que los medicamentos más empleados son aquellos que equilibran los niveles hormonales y los antidepresivos a bajas dosis, atacando así malestar físico y/o psíquico en función de las necesidades de cada paciente.
Cambio de hábitos
Existen una serie de costumbres que son perjudiciales en términos de salud global, pero que repercuten en mayor medida sobre los síntomas del síndrome premenstrual y que sobre todo se traducen en el sedentarismo y el hábito tabáquico.
Las recomendaciones que apunta Olartecoechea a Infosalus para hacer frente al trastorno pasan por:
- Hacer deporte: realizar algún tipo de actividad física cuatro veces por semana y de forma moderada. Caminar durante 30 minutos a buen paso es, además de económico, el mejor aliado frente a los síntomas del síndrome premenstrual. Yoga y pilates también son prácticas recomendables para aliviar tensiones en espalda y cervicales y disminuyen el estrés, uno de los factores que agrava estos trastornos.
- Cambios en la alimentación: de forma general se sugiere evitar las bebidas excitantes como té y café, el cacao y las chocolatinas, el queso y los refrescos carbonatados. Es aconsejable reducir el consumo global de estos alimentos y sobre todo eliminarlos de la dieta en los días previos y posteriores a la menstruación. En el caso de las mujeres que retengan líquidos, se aconseja evitar la sal o alimentos como los embutidos en las comidas o tomar diuréticos naturales como por ejemplo espárragos o peras.
- Cuidar las horas de sueño: es importante dormir lo suficiente y promover hábitos de higiene del sueño que ayuden a combatir los síntomas de insomnio que pueden aparecer en esos días en algunas mujeres. Tomar un vaso de leche antes de dormir puede ayudar, ya que la leche es rica en triptófanos. El organismo utiliza el triptófano, un aminoácido esencial que sólo se puede obtener de la dieta, para producir niacina y serotonina. Se cree que esta última produce un sueño saludable y un estado de ánimo estable.
- Evitar los antiinflamatorios: Olartecoechea hace especial hincapié en que si se toman estos fármacos dos veces al día durante varios días al mes como tratamiento habitual la salud renal de las mujeres puede verse comprometida a la larga. "Cada vez que se toma un antiinflamatorio se deja una huella en el riñón", señala la doctora, que indica que la automedicación con estos fármacos en muchos casos se considera algo natural e inocuo cuando pueden existir efectos secundarios asociados a su uso que no se deben soslayar.