MADRID 31 Jul. (EUROPA PRESS) -
La Fundación Madrina denuncia el "alarmante" aumento del uso de leche artificial en España por encima de la media europea, un fenómeno intrínsecamente ligado a la creciente pobreza infantil y la inseguridad alimentaria que azotan a miles de familias.
La fundación informa que menos de la mitad de los bebés en España reciben lactancia materna exclusiva durante los primeros meses, una cifra que contrasta drásticamente con generaciones anteriores y que se aleja de los objetivos de salud pública. Además, España invierte apenas un 1,3 por ciento de su PIB en políticas de familia e infancia, una de las cifras más bajas de Europa. En este sentido, para Madrina, España debería invertir el 7 por ciento de su PIB en infancia y maternidad para salir de las cifras de pobreza infantil extrema.
Con más de un millón de niños que sufren inseguridad alimentaria y una de cada cuatro familias con menores viviendo en situación de vulnerabilidad, España ostenta el mayor ratio de pobreza infantil de Europa. Esta situación se agrava por la mala nutrición de las madres embarazadas en entornos vulnerables, lo que impacta directamente en la capacidad y la duración de la lactancia materna natural.
La fundación apunta que muchas madres se ven forzadas a optar por la alimentación artificial no por elección, sino por la imposibilidad real de conciliar la crianza con sus responsabilidades laborales y económicas. "Esta situación no solo rompe un vínculo fundamental, sino que socava el desarrollo de una generación y lastra el futuro del país".
La alta tasa de pobreza infantil en España no solo repercute en la alimentación directa de los menores, sino también en la salud nutricional de las gestantes, quienes, al no acceder a una dieta equilibrada, pueden ver afectada su capacidad para establecer y mantener una lactancia exitosa, señala Madrina. Esto conduce a una mayor dependencia de la leche artificial, perpetuando un ciclo de vulnerabilidad y limitando el acceso a los beneficios insustituibles de la leche materna.
Asimismo, la Fundación Madrina afirma que las generaciones presentes presentan menos desarrollo neuronal y cerebral que las pretéritas, debido a una mayor alimentación artificial. "Proteger la lactancia materna es defender la salud de los niños y el bienestar de las familias. Es una inversión estratégica que definirá la fortaleza de nuestra sociedad en el futuro".
BENFICIOS DE LA LACTANCIA MATERNA
Según la fundación, la leche materna es un escudo protector con más de 300 nutrientes y anticuerpos para el bebé. Reduce drásticamente el riesgo de enfermedades comunes (diarreas, asma, alergias, infecciones respiratorias), previene la desnutrición y el riesgo de muerte súbita. Favorece un óptimo desarrollo cognitivo y emocional, y protege contra enfermedades crónicas en la edad adulta como la obesidad y la diabetes.
Igualmente, tiene beneficios para la madre: promueve una rápida recuperación posparto, ayuda a quemar calorías, previene la depresión posparto y reduce el riesgo de cáncer de mama y ovario a largo plazo. Además, fomenta un vínculo afectivo profundo y supone un ahorro económico considerable para la familia.
Por otro lado, Madrina asegura que invertir en lactancia es invertir en el capital humano del país, generando individuos más sanos y con mejor desempeño. Reduce el absentismo laboral en las madres hasta en un 35 por ciento y disminuye los costes sanitarios, además de mejorar la reputación corporativa de las empresas que apoyan esta práctica.
MEDIDAS PARA MEJORAR LA LACTANCIA MATERNA
Con el fin de revertir la tendencia creciente en el consumo de leche artificial, la Fundación Madrina propone un pacto nacional urgente basado en una serie de medidas.
La primera de ellas sería aumentar la inversión pública destinada a políticas de infancia y maternidad hasta alcanzar, al menos, el 7% del PIB. Asimismo, proponen que el coste de la maternidad lo asuma el Estado y no las empresas. Ampliar la duración del permiso por maternidad y lactancia hasta las 96 semanas (dos años), permitiendo a las madres una crianza más prolongada y dedicada, sería otra de ellas.
Por otro lado, sugireren establecer un salario base maternal para cubrir las necesidades básicas de alimentación, higiene, transporte y educación infantil durante los primeros dos o tres años de vida del menor, garantizando la digna crianza y el posterior retorno al mundo laboral; así como garantizar la rápida reinserción laboral tras la baja por maternidad/lactancia, y asegurar por ley horarios de trabajo flexibles, el teletrabajo y la creación de áreas infantiles en el lugar de trabajo, o la posibilidad de que los bebés puedan acompañar a sus madres trabajadoras. En este sentido, también proponen obligar a todas las empresas a proporcionar un tiempo remunerado y un espacio adecuado y digno para la extracción y almacenamiento de leche materna, financiado por el Estado.
Otras medidas esenciales serían asegurar una alimentación saludable y nutritiva a todas las madres lactantes y embarazadas, con especial atención a aquellas en situación de vulnerabilidad y sin recursos. Esto es crucial para la viabilidad de la lactancia natural. Asimismo, fortalecer el seguimiento médico y emocional de la madre durante el embarazo y el posparto, con especial énfasis en el apoyo a la lactancia y en la creación de un vínculo de apego seguro y sano con el menor.
También, consideran fundamental generalizar y mejorar la formación y el acompañamiento en lactancia materna en todos los hospitales y centros de salud, desincentivando el abandono temprano por razones no médicas. Además, piden implementar medidas específicas para garantizar el acceso a vivienda para mujeres madres lactantes y sus familias en situación de vulnerabilidad, eliminando las barreras de exclusión habitacional.
Por último, Madrina considera crear una 'Tarjeta Movilidad' para mujeres lactantes y madres o padres con menores a cargo, que facilite el acceso al transporte público (con espacios adaptados para carritos), a la alimentación y a la cultura, incluyendo facilidades de estacionamiento.