MADRID, 27 Mar. (EDIZIONES) -
La incontinencia urinaria es un problema de salud importante, y mucho más frecuente de lo que se cree. Afecta a dos de cada 10 mujeres de entre 35 y 65 años, y a partir de los 75, supera el 40%, según datos de Dexeus Mujer de Barcelona. En los hombres su incidencia también aumenta con la edad y está muy ligada a las enfermedades de la próstata, pero en general, la prevalencia es mucho más alta en las mujeres.
Así, esta entidad asegura que se ha comprobado que un 80% de los casos pueden solucionarse con ejercicios de fisioterapia que ayuden a fortalecer el suelo pélvico, una parte de nuestro cuerpo que todas las mujeres deben cuidar, pero que generalmente no atendemos cómo se merece. "Se trata de un conjunto de músculos y ligamentos situados en la parte baja del abdomen, cuya función es sostener los órganos pélvicos (vejiga, útero y recto)", mantiene Dexeus Mujer.
Según afirma, el suelo pélvico se debilita con el paso de los años especialmente en las mujeres, ya que fundamentalmente el embarazo y el parto influyen en la pérdida de elasticidad y en el tono muscular del mismo.
Ahora bien, en una entrevista con Infosalus, la fisioterapeuta de suelo pélvico Mireia Grossman explica que el músculo del suelo pélvico también puede debilitarse al recibir un exceso de presión de forma sostenida, por demasiados impactos, por poco ejercicio (movimiento), o bien por exceso de ejercicio, por un tono muscular continuado, por demasiados impactos, por mala nutrición, por congestión, por abandono, o por una vivencia agresiva, como un parto poco respetado por ejemplo.
Además, avanza que el suelo pélvico de la mujer vive 3 momentos intensos: el embarazo, el parto y la menopausia; periodos en los que la incontinencia se manifiesta con más frecuencia. "El embarazo pone a prueba al suelo pélvico con un peso creciente y constante durante nueve meses. Del parto no hace falta hablar mucho para imaginar qué supone para el suelo pélvico", subraya con motivo de la publicación de su libro 'El suelo pélvico al descubierto. Las claves para cuidar tu periné' (RBA).
Según resalta, la menopausia es el "otro gran momento" para el suelo pélvico de la mujer ya que "lleva un montón de años aguantando pequeñas y no tan pequeñas agresiones" y ante la pérdida de estrógenos que se produce se relajan todos los tejidos del cuerpo, tanto externos como internos, facilitando la incontinencia. "Evidentemente el estreñimiento, la obesidad, los deportes, o las actividades de impacto son también situaciones muy duras para el suelo pélvico", remarca la experta.
En el caso del hombre, Grossmann sostiene que "las cosas son diferentes", y la incontinencia normalmente está asociada a las operaciones de próstata, así como a la edad avanzada.
Por eso, la también directora del Espai Al de Barcelona defiende que la fisioterapia de suelo pélvico "no sólo es útil", sino que es "quien debería atender un problema de incontinencia, en primera instancia", ya que si son necesarias pruebas o se valora necesario, la fisioterapeuta de suelo pélvico recomendará visita a Urología o a la especialidad que convenga.
Según mantiene, con un buen trabajo de rehabilitación, no sólo se parará la incontinencia, sino que se dispondrá de herramientas durante toda la vida, se levantará la postura y se aprenderá a vivir entendiendo al suelo pélvico.
Con ello, resalta la importancia de contar con la valoración de un experto en suelo pélvico en casos de pérdidas de orina: "La valoración es la clave. Es el punto de partida para saber lo que hay que hacer. El objetivo es entender de dónde vienen los síntomas, para poder estructurar un plan de trabajo. Lo ideal sería hacerse una valoración después de cada parto, sin duda. Más allá de partos y síntomas, toda mujer debería pasar 'la ITV'. Ahora bien, no es una buena idea lanzarse a hacer ejercicios sin saber que tipo de trabajo se necesita".
HERRAMIENTAS CONTRA LA INCONTINENCIA
En último lugar, la fisioterapeuta de suelo pélvico remarca que esta disciplina cada año avanza y son más las herramientas que pueden emplearse para solucionar los problemas de suelo pélvico, entre ellos las pérdidas de orina.
Con ello, afirma que el trabajo local es necesario aunque muchas veces advierte de que actúa sobre la consecuencia del problema y no sobre la causa. Aquí ve convenientes herramientas globales, básicamente posturales, que sí actuarán sobre la causa, así como la gimnasia abdominal hipopresiva.
Ésta fue creada en los 80, es "efectiva y poderosa", basada en ejercicios posturales, rítmicos y secuenciales "que utilizan técnicas respiratorias y de activación de cadenas musculares para generar un efecto y un impulso de activación, elevación y succión", según matiza. Son muy técnicas por lo que aconseja que siempre sean guiadas por un experto en la materia.
En cuanto a las herramientas locales cita, entre otras, a los ejercicios de Kegel, de contracción de suelo pélvico ya que, entre otros puntos, tonifican, relajan, dan vida al músculo, o lo elastifican por ejemplo. Las bolas chinas o esferas vaginales también son útiles en estos casos, según Grossman, una herramienta de la fisioterapia y no un juguete sexual como se piensa, que mejora los tejidos del suelo pélvico ya que aumentan el tono muscular. También los vibradores pueden ser herramientas de fisioterapia útiles en estos casos.
La electroterapia consiste en estimular eléctricamente la musculatura del suelo pélvico introduciendo una sonda conductora dentro de la vagina o del ano y el estímulo eléctrico hace contraer automáticamente la musculatura, según mantiene la especialista en suelo pélvico. A su vez, el 'biofeedback' es otra de las herramientas, según añade Grossmann, que sirve para ayudar a las personas a sentir y a controlar el suelo pélvico, y proporciona información objetiva sobre la capacidad y la calidad de la contracción.
Finalmente, y en el caso de los hombres, Grossmann sostiene el suelo pélvico de estos se trabaja desde la globalidad y con ejercicios de contracción, igual que las mujeres. La única diferencia es que sí son necesarias herramientas como la electroterapia o el 'biofeedback', que en estos casos se utilizan a nivel anal.