BARCELONA, 13 Nov. (EUROPA PRESS) -
Un estudio liderado por el Instituto de Investigación en Atención Primaria Jordi Gol (IdiapJgol) afirma que la falta de acceso a productos e información menstrual, y el "tabú" y carencia de atención sanitaria sobre la menstruación, se asocian con mayor riesgo de infecciones urinarias y reproductivas y problemas de salud emocional.
Publicado en la revista internacional 'Reproductive Health, analiza 74 artículos entre 1990 y 2023 y concluye que estas "inequidades menstruales" se relacionan con problemas físicos y emocionales, informa el centro en un comunicado de este jueves.
En cuanto a la salud física, el estudio identifica una asociación entre las dificultades de manejo y la pobreza menstrual con un mayor riesgo de infecciones del tracto urinario y reproductivo, así como otras molestias genitales como picores e irritaciones.
En el ámbito emocional, muestra la presencia de episodios de ansiedad, angustia y síntomas depresivos, a menudo relacionados con el tabú y el estigma menstrual, la falta de educación menstrual y la dificultad de acceder a servicios sanitarios vinculados a la menstruación.
El estudio destaca que garantizar la equidad menstrual es una cuestión de salud y de derechos, y que las inequidades en este ámbito "pueden tener consecuencias sociales y clínicas profundas".
EFECTOS SOBRE LA SALUD
Las investigadoras advierten que la mayor parte de la literatura científica se concentra principalmente en aspectos del manejo menstrual, mientras que otros temas, como las normas y roles de género, "siguen poco explorados en cuanto a su influencia en la salud".
Además, aparte de las infecciones del tracto genital y urinario y los problemas de salud emocional, otros posibles efectos sobre la salud han sido "poco estudiados".
También señalan que la investigación menstrual está liderada mayoritariamente por instituciones del Norte global, lo que podría influir en la definición de prioridades y perspectivas de los estudios realizados y contribuir a una "infrarrepresentación de los conocimientos y realidades del Sur global".
PROBLEMA DE SALUD PÚBLICA
El artículo apunta que la inequidad menstrual no afecta a todas las personas por igual, sino que es más intensa en mujeres y personas en situación de pobreza, migrantes, personas sin hogar o que no se identifican como mujeres (por ejemplo, personas no binarias y trans que menstrúan).
Las autoras subrayan que la evidencia es suficientemente sólida para considerar la inequidad menstrual un problema de salud pública, y advierten que "es esencial que esta relación se traduzca en políticas públicas y en la práctica de los profesionales sanitarios".