MADRID 26 May. (EUROPA PRESS) -
Expertos del equipo de Angiología y Cirugía Vascular del Hospital Ruber Internacional han avisado de que las varices genitales alteran en gran medida la calidad de vida de las pacientes, las cuales pueden aparecer de forma aislada o ir asociadas a varices en las piernas.
Estas varices están muy relacionadas con los embarazos y sus cambios anatómicos y hormonales, siendo frecuente que aparezcan durante el mismo. En algunos casos suelen remitir posteriormente, aunque este hecho condiciona en gran medida la aparición posterior de nuevos episodios de este tipo de varices.
También es habitual que en mujeres con varios embarazos las varices puedan persistir indefinidamente tras los partos. "Las mujeres que las padecen a menudo refieren que las varices afectan a su autoestima, lejos de ser un problema meramente estético. Pueden producir pesadez genital, inclusive molestias o dolor intenso durante o después de las relaciones sexuales y estas molestias pueden intensificarse durante el verano o durante el periodo menstrual. También suelen estar asociadas a varices en las piernas y a dolor lumbar recurrente", ha dicho el jefe de la Unidad de Angiología y Cirugía Vascular del Hospital Ruber Internacional, Pablo Gallo.
Por ello, el diagnóstico y tratamiento oportuno mejora mucho la calidad de vida de las pacientes con síndrome de congestión pélvica. "Estos síntomas sumados al dolor pélvico crónico constituyen el síndrome de congestión pélvica", ha añadido el responsable de la Unidad de Radiología Vascular Intervencionista del mismo centro hospitalario, Santiago Zubicoa.
Lo primero que hay que hacer si se presentan varices en los genitales es consultar a un profesional especialista en cirugía vascular. "Cuando las varices genitales se presentan durante los embarazos, los ginecólogos juegan un papel relevante ya que ellos tendrán la primera sospecha diagnóstica y posteriormente se debe remitir al servicio de cirugía vascular para una valoración clínica, indicar las medidas de soporte para prevenir complicaciones y realizar el respectivo seguimiento", ha puntualizado el doctor Gallo.
Por ello, tras el parto es necesario un estudio completo clínico y ecográfico y se recomienda realizar ecodoppler transvaginal, abdominal y de miembros inferiores con el fin de identificar la presencia de varices en las pelvis, compresiones venosas y sus fugas. De acuerdo a estos especialistas, si se confirman ecográficamente las varices pélvicas, sumado a la presencia de dolor pélvico crónico y otras manifestaciones clínicas como varices en genitales, varices en las piernas, dolor lumbar, molestias o dolor relacionado con el acto sexual, está indicado realizar una flebografía pélvica.
Se trata de un estudio diagnóstico y terapéutico que se realiza accediendo a través de una vena del brazo, introduciendo un catéter hasta llegar a las venas de la pelvis y así permite visualizar e identificar si existen varices pélvicas o compresiones venosas en la vena iliaca izquierda (síndrome de May-Thurner) o en la vena renal izquierda (síndrome de Nutcracker).
En ese mismo momento se puede proceder a realizar la embolización, que es la oclusión programada de las varices pélvicas. "En el caso de las compresiones venosas, el tratamiento consiste en implantar un stent que cumple la función de muelle para evitar que la vena se comprima por las estructuras que la pinzan", ha añadido el doctor Gallo.
Posteriormente es imprescindible realizar un seguimiento clínico y ecográfico. "Una vez realizado el tratamiento de las varices pélvicas, ayuda a descongestionar la zona genital, y seguidamente se realizará escleroterapia (procedimiento mínimamente invasivo) de las varices vulvares, buscando aliviar la pesadez de esa zona y a su vez consiguiendo un buen resultado estético", ha zanjado Zubicoa.