MADRID, 26 Ene. (EUROPA PRESS) -
Se podría decir que todo el mundo en algún momento ha sentido la presión del estrés, normalmente sin grandes efectos para quien lo sufre. Sin embargo, las hormonas del estrés en el embarazo pueden afectar el desarrollo del feto, según concluye un estudio que se publica este lunes en 'The Journal of Physiology'.
Los investigadores encontraron que el aumento de los niveles de hormonas del estrés glucocorticoides en ratones preñados llevó a la madre a comer más, pero redujo la capacidad de la placenta para transportar glucosa al feto.
"Junto con el trabajo previo, los resultados muestran que los glucocorticoides maternos regulan la nutrición fetal. Niveles elevados de hormonas glucocorticoides en la madre (como se ven en condiciones de estrés), pueden reducir el transporte de glucosa a través de la placenta y llevar a una disminución en el peso fetal", señala el autor principal del estudio, Owen Vaughan, del Centro de Investigación de los Trofoblastos de la Universidad de Cambridge, Reino Unido.
Para probar si los niveles de estrés en ratones hembra embarazadas tienen un impacto en su descendencia, los investigadores dispensaron el glucocorticoide natural corticosterona a hembras de ratón preñadas en diferentes momentos durante el embarazo: desde el día 11 al 16 (20 hembras), del 14 al 19 días (31 hembras) o nada (74 hembras de control).
"Los niveles de glucocorticoides en mujeres embarazadas pueden determinar la combinación específica de nutrientes que recibe el feto y, como resultado, influir en la salud metabólica a largo plazo de sus hijos. Esto podría tener implicaciones para las mujeres estresadas durante el embarazo o tratadas clínicamente con glucocorticoides, si los mecanismos son similares en los seres humanos", advierte.
"Nuestra investigación mostró que bajo estrés, ciertos genes en la placenta se modifican. Uno de los genes que se altera en la placenta por las hormonas del estrés materno era REDD1, que se cree que indica la disponibilidad de otras sustancias, como el oxígeno, y que interactúa con las vías intracelulares que regulan el crecimiento y la absorción de nutrientes en otros tejidos del cuerpo. Los estudios futuros pueden probar que esta molécula es importante en la placenta al vincular las señales ambientales a la nutrición del feto", concluye.