MADRID, 14 May. (EDIZIONES) -
El útero cambia de tamaño durante la gestación y, en consecuencia, el suelo pélvico sufre durante esos 9 meses de embarazo, independientemente del parto que se vaya a tener (vaginal o cesárea). De hecho, el útero pasa de su peso normal de 70 gramos hasta el kilo, y durante su desarrollo se abre camino dentro de la cavidad abdominopélvica, desplazando las vísceras que encuentra por su camino.
"Añadido a este aumento de peso, durante el embarazo tenemos un aumento de la hormona relaxina, que afecta sobre todo a los elementos de sujeción de las articulaciones, lo que aumenta la distensibilidad de ligamentos y tendones, con el objetivo principal de facilitar el proceso del parto", subraya a Infosalus la CEO de Mamifit Raquel López.
Por ello, esta experta recomienda fortalecer la musculatura de suelo pélvico durante esta etapa de la vida de la mujer porque, entre otros puntos: un suelo pélvico tonificado favorecerá el momento del expulsivo en el parto (1), evitará partos instrumentalizados y desgarros (2), reducirá la incontinencia urinaria (3) y los prolapsos (4).
Por su parte, la doctora en Fisioterapia María Blanco Díaz y miembro del Consejo General de Colegios de Fisioterapeutas de España (CGCFE), añade en una entrevista con Infosalus, que la fisioterapia del suelo pélvico es un método efectivo durante el embarazo y el parto a la hora de prevenir y tratar la aparición de lesiones como las incontinencias fecales (5), el dolor pélvico crónico (6), la coxigodinia o dolor en el coxis (7), la diástasis de los rectos abdominales (8), la fibrosis cicatricial (9), y las disfunciones sexuales (10).
"Los trastornos del suelo pélvico implican unas importantes repercusiones sociales, personales, familiares y sanitarias. El tratamiento fisioterapéutico pelviperineal es un tratamiento no invasivo, y muy bien tolerado, que engloba diferentes áreas de tratamiento, la esfera uroginecológica, obstétrica, coloproctológica y sexual, mejorando la calidad de vida de los pacientes", subraya Blanco.
Aparte de su labor informadora, la miembro del CGCFE subraya que para conseguir una buena salud perineal en la mujer gestante, el fisioterapeuta utiliza técnicas manuales e instrumentales, así como la electroterapia y el ejercicio físico terapéutico adaptado al embarazo. Además, incide en que este profesional debe enseñar a la mujer las posturas facilitadoras en el parto, y el modo de realizar los pujos fisiológicos, necesarios para preservar la integridad del suelo pélvico en el momento del parto.
No obstante, recalca que el tratamiento fisioterapéutico durante el embarazo debe de ser individualizado, para ajustarse a las características de cada mujer. "Es un error pensar que, con la mera realización de un determinado tipo de ejercicios, la prevención del daño perineal está garantizada", subraya.
En líneas generales, la doctora Blanco resalta que el fisioterapeuta llevará a cabo un trabajo de refuerzo muscular mediante los ejercicios clásicos de Kegel que, una vez aprendidos y bien realizados, la mujer puede repetir en su domicilio. Además, precisa que se realizan ejercicios pelviperineales personalizados y centrados en los diferentes tipos de fibras musculares, en función de las necesidades de la mujer; siempre con la precaución de no generar aumentos de presión intraabdominal que, consecuentemente, aumentarán el daño en dichas estructuras.
También se trabaja sobre la flexibilización articular de la región lumbar y del suelo pélvico, realizando estiramientos sobre músculos con tendencia al acortamiento, y encargados de fijar posturas que pueden provocar problemas durante este periodo. "Para evitar complicaciones o efectos adversos deben de realizarse siempre bajo la supervisión de un fisioterapeuta colegiado", indica la miembro del CGCFE.
QUÉ SUCEDE DE CARA AL PARTO
De cara al parto la labor, Blanco considera que la labor del fisioterapeuta comienza en el segundo trimestre del embarazo, donde se debe trabajar sobre la movilidad y la flexibilidad lumbopélvicas, así como fortalecer y flexibilizar la musculatura mediante técnicas manuales aplicadas a pelvis y tejidos blandos, aparte de la toma de conciencia mediante técnicas propioceptivas y de relajación.
Según defiende la experta en fisioterapia de suelo pélvico, todo ello mejora las características de los tejidos y facilita el abordaje del dolor durante la fase de dilatación, así como el encajamiento, el descenso y la rotación del bebé durante el parto. "El número de perinés intactos aumenta gracias al tratamiento fisioterapéutico, reduciéndose el número de rasgados vaginales, o de episiotomías. La mujer tendrá una mejor recuperación postparto, con menor incidencia de incontinencias urinarias y fecales, prolapsos, disfunciones sexuales y dolor pélvico", remarca la especialista.