MADRID, 26 Feb. (EUROPA PRESS) -
La esclerosis múltiple es una enfermedad que afecta mucho más a mujeres y en la mayoría de casos el diagnóstico suele producirse cuando están en edad fértil, entre los 20 y 30 años, y aunque tienen las mismas opciones de quedarse embarazadas deben planificarlo bien porque necesitan suspender su tratamiento y para ello deben llevar al menos un año sin brotes.
"Sus probabilidades de conseguirlo son las mismas que el resto de mujeres de la misma edad", ha resaltado la jefa de Sección de Neurología y responsable de la Unidad de Esclerosis Múltiple del Hospital Clínico San Carlos de Madrid, Celia Oreja-Guevara, una de las autoras del libro 'Planificación familiar y esclerosis múltiple. 100 respuestas clave', editado por Ediciones Mayo y distribuido por Sanofi Genzyme.
El objetivo de esta obra es derribar "falsos mitos" asociados a esta enfermedad, tanto entre la población como en algunos profesionales sanitarios, que siguen pensando que las mujeres con esclerosis múltiple no pueden tener hijos ante el riesgo de brotes durante la gestación.
"Suele ser uno de los principales problemas que plantean los pacientes en las consultas", ha reconocido esta experta, que recuerda que en torno al 75 por ciento de los 50.000 afectados por esta enfermedad neurodegenerativa autoinmune que hay en España son mujeres.
De hecho, algunos estudios han constatado que el embarazo tiene un potencial efecto beneficioso en la tasa de recaídas y carece de repercusión a largo plazo en la progresión de la enfermedad, ha añadido Lucienne Costa-Frossard, de la Unidad de Esclerosis Múltiple del Hospital Ramón y Cajal y otra de las autoras del libro.
"Esto se debe a que durante el embarazo no solo tienen lugar cambios inmunológicos, sino también hormonales", ha destacado esta experta, que atribuye a ambos factores esos beneficios para el transcurso de la enfermedad.
El principal factor a tener en cuenta por estas pacientes es que actualmente ningún tratamiento de la enfermedad está indicado durante el embarazo, lo que hace necesario el uso de anticonceptivos si no quieren tener hijos o una correcta planificación cuando decidan ser madres.
Para ello, es necesario tener la enfermedad bajo control, algo que se consigue después de uno o dos años de tratamiento, y llevar al menos un año sin brotes, según han apuntado ambas expertas, ya que se establece que a partir de ese periodo el riesgo de sufrir un nuevo brote en caso de suspender la medicación es mucho menor.
En función del tratamiento utilizado se recomienda un periodo mínimo de descanso previo a la concepción que puede variar entre las dos semanas y los dos meses, para garantizar que no hay rastro de la medicación en el organismo.
Además, las probabilidades de éxito son similares al resto de la población general por lo que disminuyen progresivamente con la edad, ha añadido Pilar Lafuente, ginecóloga del Hospital La Paz de Madrid y también autora de la obra, para quien "siempre es preferible esperar a que haya un embarazo espontáneo antes de recurrir a técnicas de reproducción asistida".
MENOS RIESGO DE BROTES, Y SI LOS HAY SON MÁS LEVES
El riesgo de complicaciones o abortos espontáneos durante el embarazo es igualmente similar al de la población general y, aunque la probabilidad de que aparezca algún brote no desaparece, durante el tercer trimestre si disminuye su incidencia y en caso de aparecer "son bastante más leves".
Las tres autoras confían en que la obra consiga terminar de animar a aquellas mujeres con la enfermedad que siguen teniendo reparo en tener hijos, y también esperan que sirva para acabar con el desconocimiento de la enfermedad entre muchos profesionales implicados en su abordaje en estas fases.
En ese sentido, lamentan que todavía se dan casos de anestesistas "inseguros" que rechazan el uso de epidural por creer que en estas pacientes está contraindicado, mientras que otros profesionales consideran que es preferible que el parto sea por cesárea.
"La única particularidad a tener en cuenta en estas mujeres es intentar abreviar el expulsivo o vigilar las infecciones de orinas, que son la complicación más frecuente en estos casos durante el embarazo", ha explicado Lafuente.