MADRID, 1 Abr. (EUROPA PRESS) -
Las mujeres embarazadas que tienen que realizar largas distancias hasta el trabajo tienen un mayor riesgo de resultados adversos en el parto. En concreto, por cada 16 kilómetros de vaije, el riesgo de tener un bebé con bajo peso al ancer se incrementa en un 14 por ciento, según un estudio de la Universidad de Lehigh y de la Universidad de Wisconsin-Madison (Estados Unidos).
El estudio, publicado en la revista 'Economics & Human Biology', es el primero en examinar el impacto de los desplazamientos a larga distancia durante el embarazo en la salud infantil. Un análisis de los datos obtenidos de los registros de nacimientos de Nueva Jersey de 2014 y 2015 reveló que cuanto más largo sea el trayecto de larga distancia, mayor será el riesgo de dar a luz a un bebé de bajo peso, definido como menos de 2,5 kg.
Los viajes por encima de 16 kilómetros también se asociaron con un aumento en la probabilidad de retraso del crecimiento fetal, conocido como restricción del crecimiento intrauterino. Por cada 16 kilómetros, la probabilidad de tener restricción del crecimiento intrauterino aumentaba en 0,6 puntos porcentuales (43%), en comparación con la tasa promedio entre las mujeres embarazadas que viven a menos de 16 kilómetros de sus lugares de trabajo.
Los investigadores atribuyen el mayor riesgo de resultados adversos del parto a un aumento en el estrés materno crónico inducido por un largo viaje al trabajo. También han evidenciado que los viajes largos durante el embarazo se asociaban con pocas visitas al ginecólogo, posiblemente debido a que cuentan con un menor tiempo de ocio por esos largos viajes.
"El hallazgo de que el bajo peso al nacer podría estar asociado con una fuente de estrés como los viajes de larga distancia al trabajo de parto es algo esperado, ya que se ha encontrado que está relacionado con resultados adversos en el parto. Sin embargo, fue sorprendente encontrar una asociación con la falta de uso de la atención prenatal entre las mujeres embarazadas que viajan a larga distancia", explica Muzhe Yang, profesora asociada de economía de la Universidad de Lehigh y coautora del estudio.
Los investigadores encontraron que los viajes largos durante el embarazo se asociaron con un número reducido de visitas prenatales, una menor probabilidad de completar el primer chequeo dentro del primer trimestre de un embarazo y una mayor probabilidad de retrasar el primer chequeo hasta el tercer trimestre o de no tener ninguna visita prenatal en absoluto.
Los autores citan investigaciones anteriores sobre los efectos duraderos del estrés materno, que demostraron que el estrés materno soportado durante el embarazo puede afectar negativamente a una amplia gama de resultados en los niños, incluyendo la cognición, la salud y el logro educativo.