NUEVA YORK, 10 Feb. (Reuters/EP) -
Investigadores de la Universidad de Yale en New Haven, Connecticut (Estados Unidos), han descubierto que las mujeres jóvenes sufren más estrés que los hombres tras un infarto de miocardio, un hallazgo que podría explicar su peor recuperación tras este evento cardiovascular, según informa la revista 'Circulation'.
Estudios previos han revelado que la tasa de mortalidad tras un infarto en personas jóvenes es mayor en las mujeres, pero hasta el momento no se habían analizado diferencias de género en otros parámetros asociados.
Sin embargo, según ha explicado Xiao Xu, profesor asistente de Ginecología y Obstetricia y uno de los autores del estudio, en este trabajo han visto como, tras un infarto, las mujeres tienden a experimentar más estrés que los hombres, al igual que sucede entre la población no infartada.
Los investigadores compararon datos de 2.397 mujeres y 1.175 hombres menores de 55 años que fueron hospitalizados en Estados Unidos, España o Australia como consecuencia de un infarto de gravedad similar en todos los casos.
En las primeras entrevistas, aquellos que eran más jóvenes y las mujeres solían presentar niveles de estrés más elevados que los que eran mayores y eran hombres. En una escala de tensión de 0 a 56 puntos, los hombres promediaron 23,4 puntos y las mujeres 27 puntos. Además, un tercio de las mujeres había sufrido más conflictos familiares en el último año, en comparación con el 20 por ciento de los hombres.
Durante la hospitalización, los participantes respondieron a un cuestionario con 14 preguntas sobre sus niveles de estrés que repitieron un mes más tarde, para evaluar su recuperación.
También fueron más las mujeres que sufrieron lesiones, enfermedades o el fallecimiento de un familiar durante el último año. Y, en términos generales, tenían menos recursos económicos que los hombres y, a menudo, eran más requeridos por sus familiares, lo que podría explicar su estrés más elevado, según Xu.
Las mujeres del estudio también tenían más diabetes, enfermedad pulmonar, problemas renales, depresión, cáncer y problemas cardíacos previos. Y un mes más tarde, el segundo cuestionario reveló también un empeoramiento de su salud, condición física y calidad de vida.
Después de un ataque al corazón, a los pacientes se les suele aconsejar adoptar estilos de vida saludables y comenzar a usar algunos medicamentos como los betabloqueantes, pero las personas con un mayor estrés pueden tener más problemas para cumplir con esta medicación.
"Ante el cuidado de los pacientes más jóvenes con infarto de miocardio, especialmente las mujeres más jóvenes, debemos mirar más allá de su salud física y prestar atención a su estado psicosocial", ha defendido Xu.