MADRID, 27 Ago. (EUROPA PRESS) -
Los trastornos del espectro alcohólico fetal, consecuencia del abuso del alcohol durante el embarazo, se refieren a una amplia gama de discapacidades que incluyen individuos con deficiencias neurocognitivas, así como irregularidades de crecimiento que oscilan entre deficiente y normal. Sin embargo, se sabe muy poco acerca de la prevalencia del exceso de peso y la obesidad como componentes de trastornos del espectro alcohólico fetal (TEAF) en el largo plazo.
Un nuevo estudio que ha analizado el índice de masa corporal (IMC) en una amplia muestra clínica de niños con TEAF ha detectado que las tasas de sobrepeso u obesidad son elevadas en los niños con síndrome de alcoholismo fetal parcial (pFAS, por sus siglas en inglés). Sus resultados se publicarán en la edición digital de septiembre de 'Alcoholism: Clinical & Experimental Research' y están disponibles en 'Early View'.
"La deficiencia de crecimiento es una característica definitoria de TEAF y, normalmente, los bebés y los niños con TEAF tienen baja estatura y bajo peso", explica uno de los autores de esta investigación, Jeffrey R. Wozniak, profesor asociado de Psiquiatría de la Universidad de Minnesota, en Estados Unidos.
"Los individuos con pFAS, la forma más severa de la condición, por lo general, siguen mostrando deficiencia de crecimiento en la edad adulta. Sin embargo, varios investigadores han oído constantemente de familias en las que el aumento de peso es un problema en la adolescencia y la edad adulta de algunos pacientes. Pensamos que era importante examinar más esta cuestión", añade este experto.
"Debido a que la falta de peso es parte de los criterios diagnósticos de pFAS y aunque las consecuencias neurológicas pueden ser muy profundas, se ha prestado poca atención a la posibilidad de que la exposición prenatal al alcohol (PAE, por sus siglas en inglés) también podría afectar al peso corporal en la edad adulta", añade Susan Smith, profesora de Ciencias de la Nutrición en la Universidad de Wisconsin-Madison. "Ha habido observaciones anecdóticas y varias pistas e indicios de que esto puede ser un problema, pero no hay datos reales", lamenta.
Wozniak y sus colegas examinaron a 617 niños (257 varones y 360 mujeres), de edades entre 2 y 19 años, que habían sido evaluados clínicamente para TEAF entre abril de 2005 y abril de 2013: 446 con un diagnóstico TEAF-FAS (n = 64), pFAS (n = 166) y desórdenes neurológicos relacionados con el alcohol (n = 216), así como 171 sin diagnóstico de TEAF. La prevalencia de sobrepeso/obesidad utilizando la medida del índice de masa corporal se comparó con la prevalencia nacional y estatal y también se examinó en relación con el diagnóstico de TEAF, el sexo y la edad.
Además, se analizaron datos sobre la ingesta dietética en una submuestra de jóvenes (n = 42). "Hemos encontrado que el sobrepeso y la obesidad no eran necesariamente un problema universal para aquellos expuestos prenatalmente al alcohol --detalla Wozniak-- pero que eran características específicas de pacientes que estaban asociadas con un aumento de las tasas. Específicamente, se encontró que aquellos con pFAS tenían un riesgo particularmente alto de obesidad y sobrepeso durante la adolescencia. También vimos que las mujeres presentaban mayor riesgo de obesidad/sobrepeso que los varones durante la adolescencia".