Dejar la terapia hormonal sustitutiva conduce a mayor riesgo de fractura ósea para la mayoría de las mujeres en un año

Archivo - Las manos de una mujer sostienen una píldora y un vaso de agua.
Archivo - Las manos de una mujer sostienen una píldora y un vaso de agua. - GETTY IMAGES/ISTOCKPHOTO / NIMIS69 - Archivo
Actualizado: martes, 29 julio 2025 9:35

   MADRID, 29 Jul. (EUROPA PRESS) -

   La protección contra las fracturas óseas que obtienen las mujeres gracias a la terapia hormonal para la menopausia (THM, también conocida como THS) desaparece al año de suspender el tratamiento, según expertos de la Facultad de Medicina de la Universidad de Nottingham (Reino Unido).

    En este nuevo estudio, publicado en 'Lancet Healthy Longevity', los investigadores también descubrieron que, en la mayoría de los casos, la interrupción del tratamiento conlleva varios años de mayor riesgo de fractura, en comparación con las mujeres que nunca han utilizado terapia hormonal sustitutiva (THS). El riesgo de fractura se reduce a un nivel similar, y luego menor, al de las mujeres que nunca han utilizado terapia hormonal sustitutiva.

   Durante la menopausia, todas las mujeres experimentan una disminución de los niveles hormonales, en particular de estrógeno. Esto puede causar diversos efectos secundarios mentales y físicos preocupantes, que requieren el uso de THS.

   Sin embargo, la deficiencia de estrógeno en las mujeres también provoca un mayor debilitamiento óseo relacionado con la edad. Estudios previos han confirmado el papel protector del componente estrógeno en los tratamientos con THS, y se sabe que esta reduce el riesgo de fracturas cuando se utiliza.

   La terapia hormonal sustitutiva también se asocia con un mayor riesgo de cáncer de mama y coágulos sanguíneos, por lo que no se recomienda su uso a largo plazo. Por lo tanto, para las mujeres que utilizan la THS para contrarrestar el aumento de la fragilidad ósea, es importante conocer la intensidad y la persistencia de cualquier efecto protector tras suspender el tratamiento. La información detallada sobre este aspecto en estudios previos ha sido poco clara, ya que solo abarca los primeros dos años y presenta cierta contradicción.

   En este nuevo estudio, los expertos utilizaron datos de 6.000.000 de mujeres de aproximadamente 2.000 consultorios médicos de cabecera en el Reino Unido, lo que les permitió realizar un seguimiento de los niveles de riesgo de fractura durante hasta 25 años.

   Los investigadores identificaron a todas las mujeres con historial de su primera fractura (casos) y compararon cada una con varias mujeres de la misma edad y del mismo consultorio, pero sin historial de fractura (controles). A continuación, compararon el uso de terapia hormonal sustitutiva (THS) en los casos antes de la fractura con el uso de THS en los controles emparejados.

   La doctora Yana Vinogradova, del Centro de Atención Primaria Académica de la Facultad de Medicina y autora principal del estudio, asegura: "Los hallazgos de nuestro estudio confirmaron que las mujeres que reciben terapia hormonal sustitutiva (THS) presentan una reducción progresiva del riesgo de fractura en comparación con las mujeres que no la reciben. Más importante aún, también observamos un claro patrón de cambio en el riesgo tras la interrupción del tratamiento".

   Para la mayoría de las mujeres, el efecto protector óseo de la THS desaparece por completo aproximadamente un año después de suspender el tratamiento.

   Posteriormente, el riesgo de fractura aumenta en comparación con quienes nunca la han usado, alcanzando su punto máximo después de unos tres años, antes de disminuir hasta alcanzar el nivel equivalente al de quienes nunca la han usado (unos 10 años después de la interrupción) y luego continúa disminuyendo en comparación con quienes nunca la han usado. Por lo tanto, incluso después de suspender la THS las mujeres deberían beneficiarse de una reducción notable del riesgo de fractura en sus últimas décadas.

   Este patrón de riesgo observado fue el mismo para todos los tratamientos hormonales para la menopausia, pero el nivel de riesgo excesivo dependía del tipo de tratamiento y la duración del uso previo de THS.

   Los autores apuntan que esta ilustración comparativa de los patrones observados de riesgo de fractura para el uso a corto y largo plazo puede ayudar a médicos y pacientes a considerar las opciones de tratamiento con THS y a considerar cómo puede cambiar el riesgo de fractura tras suspender el tratamiento.

   Además, anticipar periodos de mayor riesgo podría impulsar a los médicos a evaluar la salud ósea de los pacientes al suspender el tratamiento, especialmente en pacientes con mayor riesgo de fractura con otros factores de riesgo, como el tabaquismo o la inactividad.

   "Estos nuevos hallazgos también podrían ser un estímulo útil para futuras investigaciones clínicas y biológicas sobre estos tratamientos", finaliza la doctora Vinogradova.

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