MADRID, 4 Jun. (EUROPA PRESS) -
El desarrollo de la reproducción asistida, como el de muchas otras ramas de la Medicina, ha logrado cosas hasta hace unos años impensables para ganar vida. O, mejor dicho, para crear vida. Ya que ha permitido solucionar trastornos que imposibilitan o dificultan la concepción de manera natural.
En España unas 80.000 personas deciden "rebelarse" contra la naturaleza y se someten a algún tratamiento para conseguir tener un hijo. Sin embargo, según datos de la Sociedad Española de Fertilidad (SEF) con motivo del Día Internacional de la Fertilidad que se celebra este sábado, 4 de junio, sólo representan la mitad de las que presentan un problema de infertilidad.
La primera herramienta para luchar contra este problema es asumirlo, ya que afecta a todos los sistemas (individuo, pareja y familia) y provoca niveles de estrés, con una gran variedad de emociones y sentimientos negativos. Además, en algunos casos, los problemas emocionales pueden influir y dificultar los resultados de los tratamientos.
Una vez reconocido que existe un problema, es clave someterse a un tratamiento integral que es necesario que abarque desde la dificultad de conseguir un embarazo por vía natural, el diagnóstico de esterilidad-infertilidad, la elección del tratamiento y el seguimiento durante todo el embarazo.
Para ello, según explica la doctora Isabel Santillán, directora médica de Clínicas Eva en Madrid, se debe realizar un test de fertilidad para saber en qué estado reproductivo se encuentran los óvulos, y qué probabilidades tiene de ser madre.
Se basa en una analítica hormonal y una ecografía que valore el recuento de folículos antrales, que es recomendable hacer entre el tercer y quinto día del ciclo menstrual para analizar la reserva de óvulos de la paciente. Y su resultado ayudará a saber cómo esta paciente va a responder a los tratamientos de estimulación ovárica y sus probabilidades de éxito.
DIFERENTES OPCIONES
Una vez detectada la infertilidad y asumido su diagnóstico es hora de elegir entre los tratamientos más utilizados de los que hay actualmente disponibles. ¿Sabes cuántas alternativas hay?
- Fecundación 'in vitro': consiste en fecundar en el laboratorio los óvulos de la paciente, previamente extraídos, con los espermatozoides de su pareja o de un donante de semen, para conseguir embriones y transferirlos al útero.
- Inseminación artificial: en este caso se inyectan en el útero los espermatozoides de la pareja de la paciente, previamente seleccionados de una muestra de semen con el fin de escoger los de mejor calidad. También se puede recurrir a un banco de semen cuando el de la pareja no es válido o la paciente es madre soltera o tiene una pareja femenina.
- Vitrificación de óvulos: Las mujeres que deseen retrasar su maternidad pueden hacerlo congelando sus óvulos mediante este procedimiento. Posteriormente, se implantan en el momento que se desee ser madre, garantizando así el embarazo con óvulos propios y de calidad en el futuro.
- Congelación de semen: La paternidad también se puede preservar mediante la criopreservación, que garantiza la viabilidad de los espermatozoides una vez descongelados.
DIEZ CASOS REALES DE ÉXITO
Además, para hacernos una idea de cómo han avanzado estos tratamientos para la infertilidad, desde la Unidad de Reproducción Asistida del Hospital QuirónSalud Málaga han elaborado diez mini historias que sirven como ejemplo para saber hasta qué punto pueden ayudar a personas con dificultades o imposibilidad de concebir de forma natural:
1. Una chica que no ovulaba por sufrir un síndrome de ovario poliquístico logró tener un hijo cuando su ginecólogo le prescribió una dieta y medicamentos que al ayudaron a ovular.
2. Un profesor de universidad parapléjico con un problema de erección grave tuvo con su mujer a su hijo mediante inseminación artificial, tras obtener su semen mediante estimulación eléctrica.
3. Teresa sufrió un día una apendicitis con peritonitis grave que le obstruyó las trompas de Falopio. Cuando desee ser madre podrá concebir a su bebé mediante la fertilización 'in vitro'.
4. Una pareja de chicas homosexuales lograron criar a su bebé después de acudir a una clínica de reproducción y utilizar su banco de semen.
5. Un joven que tenía leucemia y se curó con quimioterapia perdió para siempre sus espermatozoides, pero podrá ser padre en el futuro porque, antes del tratamiento, su oncólogo le aconsejó conservar muestras congeladas de su semen para el futuro.
6. Mujeres que hoy deben competir en un duro mercado laboral que no les permite tener hijos en la época en la que la naturaleza les es más favorable pueden intentar aplazar su maternidad conservando óvulos vitrificados.
7. Clara había sufrido cuatro abortos seguidos, hasta que su ginecólogo le diagnosticó un tabique en el útero, una malformación que fue solucionada tras una pequeña operación sin cicatrices, con solo cuatro horas en el hospital: una histeroscopia. Su hija tiene 3 años y, ahora, ella y su pareja esperan un varón.
8. Él se hizo una vasectomía tras tener dos hijos con su anterior pareja, de la que se divorció. Ahora desea tener otro hijo en una nueva relación y está pensando si optar por la repermeabilización de sus deferentes con cirugía o conseguir espermatozoides con biopsia testicular y luego utilizarlos mediante fertilización 'in vitro' con microinyección espermática.
9. María sabía que ella y su esposo eran portadores de una enfermedad grave que podía afectar a su hijo si la heredaba: la fibrosis quística. Ella y su marido se hicieron una fertilización 'in vitro' y seleccionaron los embriones sanos mediante diagnóstico genético preimplantatorio. Hoy tienen un bebé sano y conservan dos embriones más que fueron vitrificados para el futuro, cuando deseen ampliar la familia.
10. La esposa de Juan no tenía útero por una malformación congénita. Pudieron tener a sus gemelos acudiendo a una clínica en un país donde era legal que una mujer, voluntariamente, gestase sus embriones.