MADRID, 7 Ene. (EDIZIONES) -
No hay un método que sea más efectivo que otro frente a la menstruación de las mujeres. Todo depende de las preferencias de cada mujer, de su edad, o de la cantidad de sangrado, por ejemplo. Aunque el método más extendido es la compresa, también se emplea con mucha frecuencia el tampón, aunque existe cierto miedo sobre su uso por el denominado 'Síndrome del Shock Tóxico' (SST).
En una entrevista con Infosalus, la ginecóloga del servicio de Obstetricia y Ginecología del Hospital Ramón y Cajal de Madrid, la doctora Irene Pelayo, relata que esta enfermedad consiste en una infección grave, y en algunos casos mortal, por una bacteria denominada 'staphylococcus aureus' que en los años 80 se relacionó con la inserción de tampones.
"Estos tenían unas características en su composición que actualmente las casas comerciales han modificado. Desde los años 90 la incidencia de este síndrome es inferior a 1/100.000 usuarias", tranquiliza la especialista.
Desde la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO) precisan que el SST pueden sufrirlo tanto hombres, como mujeres, y niños. "Aunque los primeros casos comprometían principalmente a mujeres que estaban utilizando tampones durante sus reglas, hoy en día menos de la mitad de los casos actuales están asociados con ese hábito. Este síndrome también puede ocurrir con infecciones cutáneas, quemaduras y después de cirugía. La enfermedad también puede afectar a niños, mujeres posmenopáusicas y hombres", afirma la sociedad científica.
En este sentido, Mercedes Andeyro, jefa del servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital General de Villalba (Madrid) explica a Infosalus que, aunque la enfermedad es poco frecuente, es "potencialmente grave".
"Clásicamente se ha asociado al uso de tampones durante la menstruación pero no es exclusivo de ello porque también se ha relacionado con niños y hombres. La bacteria puede estar también en la piel, en la nariz, o en las axilas por ejemplo, y normalmente hasta un tercio de la población sana es portadora de esta bacteria sin saberlo", señala la experta.
El SST entonces, aclara que no sólo se asocia al uso de tampones, sino a cualquier producto de higiene femenina, como por ejemplo las esponjas anticonceptivas, o cualquier producto que se introduce en la vagina de la mujer, o bien porque simplemente a otra persona se le infectó una herida. "Está relacionado con personas portadoras de esta bacteria y si estas personas no tienen inmunidad frente a estas toxinas podrían desarrollar el SST", precisa Andeyro.
Así, señala que lo normal es que las personas portadoras de estas toxinas hayan desarrollado la inmunidad frente a las mismas, por lo que previsiblemente nunca tendrán el síndrome. "La prevalencia es muy baja, y es lo normal. Es súper poco frecuente. Se han descrito como hasta una prevalencia de uno de cien mil casos de pacientes con menstruación, lo normal es casi no ver ninguno a lo largo de la vida profesional del médico", insiste la ginecóloga.
Entre los principales síntomas del SST destaca que se desencadena de forma gradual un shock general, provocado como reacción inmunológica del cuerpo, y los síntomas son los propios del shock: hipotensión, dolores musculares, cefalea, vómitos, coloración azulada de la piel, síntomas neurológicos como irritabilidad, somnolencia, o fiebre entre otros. "Si no se recibe tratamiento se puede producirse un fallo multiorgánico producido por el propio shock", alerta Andeyro.
En cuanto al tratamiento dice que se suelen prescribir antibióticos frente a la citada bacteria, y en el caso de que se haya desarrollado el shock a nivel general del cuerpo se deben tomar todas aquellas medidas para frenarlo.
6 CONSEJOS PARA EVITAR EL SST
Con todo ello, la experta del servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital General de Villalba (Madrid) remarca que el hecho de que una persona use tampones desarrolle un SST está relacionado sobre todo con el grado de absorción del tampón, con lo cual el consejo es que se use siempre el menor grado adecuado a la cantidad de flujo menstrual. "Hay que adecuar el flujo de sangre al tamaño del tampón. No hay evidencias de que por el material del tampón se pueda desencadenar el síndrome, más depende de la absorción, no del producto", subraya.
Así, recomienda cambiar los tampones cada 4-8 horas, no usarlos más de 8 horas, y usar siempre la mínima absorción de acuerdo con la cantidad de flujo de la menstruación. Además, recuerda que siempre hay que asegurarse de quitarse el tampón antes de ponerse uno nuevo, así como de retirar el último tampón de la menstruación.
A su vez rechaza el uso de tampones como método de protección antes de la llegada de la regla. "Al ser conscientes de que el principal motivo puede ser una absorción excesiva se debería cambiar la absorción de tampones a lo largo del ciclo e ir adaptándolos a la cantidad de flujo. Cómo saber el grado de absorción te lo da la experiencia. En el caso de notar síntomas retirar el producto sanitario que se lleve, y después consultar al médico", apostilla la experta.
"La higiene para estos productos es fundamental pero en realidad no se relaciona con una mayor o menor higiene. Se relaciona sobre todo con que son pacientes portadoras de la citada bacteria, que producen toxinas, y que esa paciente no ha desarrollado un nivel de anticuerpos suficiente contra esas toxinas como para estar protegida. Aunque esa bacteria la tiene un tercio de la población, la mayor parte de la población es inmune a la misma", concluye la doctora Andeyro.