MADRID, 26 Ago. (EUROPA PRESS) -
Un grupo de investigadores de diversos hospitales y centros de reproducción asistida, públicos y privados, de Dinamarca, Suecia y España, entre los que se incluye el jefe del Servicio de Medicina de la Reproducción de Dexeus Mujer, Nikolaos Polyzos, ha demostrado que congelar los embriones y transferirlos en diferido no afecta al éxito de
los tratamientos de reproducción
En los últimos años, la práctica de transferir embriones previamente congelados en tratamientos de reproducción asistida ha ido creciendo de forma progresiva, gracias a las mejoras introducidas en el laboratorio, como la vitrificación (un proceso que permite congelar material biológico de forma mucho más rápida y segura), y la optimización de los cultivos que facilitan el desarrollo del embrión en el incubador.
Sin embargo, hasta la fecha no se había podido comprobar si la transferencia de embriones previamente vitrificados puede ofrecer una tasa de embarazo equiparable a los ciclos que se realizan en fresco. Existían algunos trabajos precedentes en China y Vietnam o minoritarios en Estados Unidos, pero no se había realizado ningún estudio amplio multicéntrico en Europa.
En este nuevo estudio, publicado en la revista 'The British Medical Journal', participaron un total de 460 mujeres de entre 18 y 39 años, con ciclos menstruales regulares que fueron incluidas en el estudio durante el inicio de su primero, segundo o tercer ciclo de Fecundación in vitro o ICSI (microinyección intracitoplasmática de espermatozoides).
Las pacientes se dividieron en dos grupos: en el primer grupo se optó por vitrificar todos los embriones obtenidos tras la estimulación ovárica y la fecundación en laboratorio y les fue transferido uno que se descongeló previamente; en el segundo grupo se siguió un proceso de FIV convencional, y se realizó la transferencia también de un único embrión pero en un ciclo en fresco. En las mujeres que presentaron una alta respuesta al tratamiento de estimulación ovárica de este grupo (más de 18 ovocitos) se les ofreció la posibilidad de posponer la transferencia del embrión en fresco como medida de seguridad.
Los resultados al comparar ambos grupos mostraron que la tasa de embarazo no ofrecía diferencias significativas siendo de 27,8 por ciento en el grupo en el que se había optado por la vitrificación frente a 29,6 por ciento en las pacientes que habían realizado el ciclo en fresco. Asimismo, la tasa de niños que nacieron posteriormente fue prácticamente la misma: 27,4 por ciento para el grupo que apostó por la vitrificación, y 28,7 por ciento registrado en el grupo que realizó el ciclo en fresco.
Los resultados de este trabajo son decisivos en el contexto actual de la pandemia de COVID-19, ya que demuestran que la estrategia de vitrificar el material biológico ante el confinamiento o la interrupción del tratamiento al que se han visto obligadas algunas pacientes, no va en detrimento del éxito de los tratamientos de reproducción que utilizan este material y realizan la transferencia del embrión en diferido.
En cuanto al riesgo de complicaciones durante el embarazo, el parto o neonatales tampoco se observaron diferencias, como ya hemos mencionado, aunque sí se apreció un ligero mayor peso de los bebés al nacer y una mayor duración de la gestación en el grupo en que se apostó por la vitrificación, y un mayor riesgo de nacimientos prematuros en el grupo que hizo el tratamiento en fresco.