MADRID 25 Ago. (EUROPA PRESS) -
Comer por dos durante el embarazo es una idea equivocada que puede poner en riesgo la salud de la madre y del bebé, señala la línea de salud femenina de Laboratorios Ordesa, 'DONNAplus', a través de su nueva Guía: 'Mitos y Dudas sobre Salud Femenina'.
Así, esta guía "basada en evidencia científica", explica que, durante los primeros seis meses de embarazo, las necesidades calóricas de la mujer apenas varían. Solo en el tercer trimestre se recomienda un aumento de aproximadamente 200 calorías diarias, lo que equivale a dos tostadas integrales con aceite de oliva o un pequeño puñado de nueces. Por ello, lejos de duplicar las cantidades, el laboratorio apunta que "el verdadero objetivo debe ser mejorar la calidad de la alimentación".
Asimismo, afirman que comer en exceso durante el embarazo puede provocar un aumento de peso innecesario en la madre, con riesgos asociados como hipertensión o diabetes gestacional y, además, se asocia a partos más complicados, con mayor probabilidad de inducciones y cesáreas. Igualmente, señalan que diversos estudios han vinculado el sobrepeso gestacional con un mayor riesgo de obesidad infantil, "una realidad especialmente preocupante en el contexto de los crecientes índices de sobrepeso en la población infantil en España".
En este sentido, el laboratorio Ordesa recomienda seguir como ejemplo la dieta del 'Plato de Harvard', un modelo de alimentación saludable diseñado por la Escuela de Salud Pública de Harvard.
Esta propuesta divide el plato en tres partes: la mitad debe estar compuesta por frutas y verduras variadas, un cuarto por proteínas de calidad como legumbres, huevos o pescado bien cocido, y el otro cuarto por hidratos de carbono complejos, como arroz integral, avena o pan 100% integral. Asimismo, recomienda el uso de grasas saludables, como el aceite de oliva virgen extra, y priorizar el consumo de agua frente a bebidas azucaradas o refrescos.
Además, matizan que "hay ciertos alimentos que conviene evitar debido al riesgo de infecciones o contaminantes". Entre ellos se encuentran las carnes y pescados crudos o poco hechos, los quesos elaborados con leche no pasteurizada, el huevo crudo, el pescado azul de gran tamaño (como el atún rojo o el pez espada) por su alto contenido en mercurio, la cafeína y el alcohol.
Un ejemplo de menú diario equilibrado que proponen desde el laboratorio incluiría, en el desayuno, un bol de avena cocida con leche, plátano y nueces. Para el almuerzo, una ensalada de lentejas con verduras y huevo duro, acompañada de una pieza de fruta. Y en la cena, una merluza al horno con calabacín y patatas cocidas, seguida de un yogur natural sin azúcar.
Por otro lado, señalan que hay ciertos nutrientes cuya demanda aumenta de forma considerable durante el embarazo y que no siempre se cubren solo con los alimentos, por lo que puede ser recomendable tomar complementos alimenticios que ayuden a alcanzar las ingestas recomendadas. Concretamente, el ácido fólico, el hierro, el yodo, la vitamina D o el DHA, un tipo de ácido graso omega-3 esencial para el desarrollo cerebral y visual del bebé.
Así, la jefa de la Sección de Obstetricia Médica del Hospital La Paz (Madrid), María De la Calle Fernández-Miranda, explica que "ni la alimentación ni la exposición solar garantizan por sí solas un aporte adecuado de estos micronutrientes a la mayoría de las gestantes, por lo que en muchos casos está indicado recurrir a suplementos".