MADRID, 23 Nov. (EDIZIONES) -
La Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO) define a la endometriosis como una patología ginecológica crónica, de causa desconocida, y caracterizada por la presencia de tejido endometrial, funcionalmente activo, fuera de la cavidad uterina, es decir, en otras partes del cuerpo; un hecho que induce a una reacción inflamatoria crónica. Afecta al 5-10% de las mujeres en edad reproductiva, a unas 200 millones de mujeres en el mundo. La incidencia máxima se observa entre los 30 y los 45 años de edad.
En una entrevista con Europa Press, el jefe de la Unidad de la Mujer del Hospital la Luz de Madrid, el doctor Manuel Albi, explica que se trata de una enfermedad benigna, de causa no bien conocida. "Es crónica e invalidante a veces, y desgraciadamente no hay causa que se conozca, por ello hay que adaptar el tratamiento a cada mujer en lo que la endometriosis le altera a la vida o su futuro para ser madre. Se puede controlar y hay buenos resultados. Se puede lograr el bienestar de las mujeres que la padecen. Sólo los casos más complejos y severos son la minoría", señala el ginecólogo.
En este sentido, Albi apunta a los ovarios, como zona de afectación más común y de desarrollo de ese tejido endometrial 'fuera de sitio'. Después, se verían generalmente afectadas otras partes internas del aparato genital femenino, o la pelvis aunque, según indica, esta enfermedad está descrita en prácticamente cualquier órgano o aparato de la anatomía, como el intestino, el cerebro o el pulmón, por ejemplo.
Según destaca, sólo aparece en la edad reproductiva. "No tiene lugar en las niñas antes de su desarrollo o primera regla, y no surge en las mujeres más allá de la menopausia", indica, aunque eso sí, precisa que éstas sí pueden tener en esta época las secuelas de haber tenido endometriosis.
SU RELACIÓN CON LAS HORMONAS DE LOS OVARIOS
Sobre el origen de la misma el especialista insiste en que es "desconocido", si bien admite que generalmente se cree que la causa apunta a las hormonas de los ovarios ya que no existe fuera de la época reproductiva. "Pero se desconoce por qué unas señoras sí y otras no", apostilla.
Albi sostiene asimismo que la endometriosis no es hereditaria. "Como es tan frecuente por eso pueden registrarse varios casos en una misma familia, pero no porque sea hereditaria", puntualiza el experto del Hospital La Luz de Madrid. En este contexto, resalta que no existe una prevención eficaz sobre la misma. "Lo que sí se sabe es que, como sí depende de las hormonas de los ovarios, el reposo del ovario o la falta de función del mismo se asocia a un menor riesgo de la endometriosis", añade.
PRINCIPALES SÍNTOMAS
En cuanto a los síntomas más frecuentes, apunta a una menstruación difícil y dolorosa, más de lo normal, lo que se denomina como 'dismenorrea'. Para diferenciarla del dolor normal de cualquier mujer sostiene que se trata de un dolor que es adquirido, no desde que se tienen las primeras reglas sino después de llevar tiempo con ellas, a la vez que este dolor tiende a ser progresivo, y conforme pasan los años ese dolor de la regla tiende a ir a más.
Otro síntoma habitual es la existencia de esterilidad o de infertilidad en una mayor o menor intensidad. "Puede haber mujeres para las que es tremendamente difícil quedarse embarazada y no les quede más remedio que acudir a técnicas de fecundación in vitro, aunque habrá que evaluar cada caso, porque para otras quizá sea necesario un tratamiento no tan relevante como la fecundación in vitro", precisa el ginecólogo. Puede haber también dolor en el abdomen independiente de la menstruación, molestias al ir al cuarto de baño, o al tener relaciones sexuales.
"Lo primero que nos debe hacer sospechar que se padece endometriosis es el dolor en la regla, que cada vez va a más, que no se le quita bien con la medicación habitual como antiinflamatorio o analgésico y el dolor le altera de forma significativa su calidad de vida. Si además intenta quedarse embarazada desde hace año y medio, y está en edad reproductiva, se puede sospechar que tiene endometriosis", aclara.
Para verificarlo indica que es necesaria la exploración clínica, una ecografía, y analizar los ovarios, con el objetivo de detectar si hay cualquier signo de endometriosis, como un aumento del tamaño de los mismos, o quistes, por ejemplo. También ve aconsejable explorar el canal rectal de la paciente para descartar la endometriosis profunda, que afectaría a la unión que hay entre la vagina y el recto.
En cuanto al tratamiento, Albi enumera varias posibilidades: como tiene lugar en la edad reproductiva, lo último sería quitar los ovarios; en principio, el tratamiento a seguir es con medicación, con pastillas, para conseguir el reposo ovárico; y lo más habitual es recetar anticonceptivos.
"Cuando todos los tratamientos médicos han fracasado el siguiente paso es quirúrgico. La cirugía debe ser lo más conservadora posible para preservar siempre el mayor tejido ovárico sano para que la mujer pueda tener hijos", sentencia el doctor Albi del, jefe de la Unidad de la Mujer del Hospital La Luz de Madrid.