MADRID, 8 Ago. (EDIZIONES) -
El Día Mundial del Orgasmo Femenino se celebra este jueves con el objetivo de visibilizar la sexualidad femenina, proporcionar información sobre ésta y hablar de ella sin prejuicios y sin tabúes.
"Es importante visibilizar toda la sexualidad. Gracias a este día podemos publicar información y educar a la sociedad un poco más hacia la libertad a través del conocimiento sexual", indica en una entrevista con Infosalus el psicólogo y sexólogo en la Fundación SEXPOL Roberto Sánz, que derriba cinco mitos que planean sobre el orgasmo femenino. "La sexualidad está muy bien sembrada, lamentablemente, de mitos y prejuicios", siente el experto.
En primer lugar, respecto a los tipos, Sanz especifica que "por error", cuando se habla de ellos "se hace alusión a las vías para alcanzarlos". En este contexto, "el mito más extendido" es el que diferencia entre vaginal y clitoridiano.
En realidad los tipos tienen que ver con que "unos son muy intensos y únicos, otros múltiples y menos intensos, otros en cascada y todas las combinaciones posibles entre intensidad y duración", puntualiza el experto de la Fundación SEXPOL.
Por otra parte, el orgasmo femenino no es igual al masculino. "No", zanja el psicólogo y sexólogo, que añade que "suele ser de mayor intensidad, o así lo refieren la mayoría". Además, otra diferencia "clave", en palabras de Sanz, entre orgasmo femenino y masculino es que "en la mujer no tiene por qué terminar con la excitación, mientras que en el hombre sí ocurre así".
Otro mito que se escucha con frecuencia en torno al orgasmo femenino es que la mujer que no lo logra es inhábil en la cama. "Una mujer que no vive su orgasmo puede pensar que está rota o que ella misma es inútil tanto como culpar a su pareja por no saber hacerlo bien", especifica Sanz.
Pero es que "creemos que la sexualidad es algo tan natural que no requiere aprendizaje y es uno de los mayores errores hoy en día: se aprende, se cambia y se modifica de una forma bastante sencilla", apostilla el psicólogo y sexólogo de la Fundación SEXPOL.
Por último, otro mito a derribar es que el orgasmo no es necesario para disfrutar en la cama. "En absoluto", dice Sanz, que agrega que "las relaciones sexuales se basan en el placer y éste no sólo viene del orgasmo".
Así, "es importante desmitificarlo, pues no es ni como nos venden en las películas, ni imprescindible, ni necesario en ningún aspecto; ni el masculino ni el femenino. Tan sólo si le damos más importancia de la necesaria nos puede estropear el resto de la relación, pues genera ansiedad o frustración", agrega el experto.
Sanz también reserva un lugar para criticar que "vivimos en una sociedad muy coitocéntrica, casi obsesionada por la penetración vaginal, y debemos saber que esa técnica en concreto dificulta mucho el orgasmo femenino, pues no estimula el clítoris".
El clítoris "suele ser central en la sexualidad femenina y muy importante para el orgasmo en la gran mayoría de casos. No deberíamos tener miedo o vergüenza de estimularlo ni cuando estemos en pareja", aconseja el experto.
Y UNA VERDAD: DIFICULTAD AÑADIDA PARA CONSEGUIRLO
Lo que sí es cierto en este contexto es que, gracias a "la educación diferencial de los sexos", según el experto, "las mujeres, por regla general, presenten una dificultad añadida por prejuicios, peor entrenamiento y/o conocimiento, presión social o estigmas". Por el contrario, "en el hombre siempre se ha fomentado la sexualidad de forma pública y ha sido bien valorada", señala Sanz.
En efecto, "la gran mayoría de mujeres que no alcanzan el orgasmo es por temas psicosociales, no por causa médica", continúa el experto, que alude de nuevo a "la educación represiva, diferentes tabúes y estigmas relacionados con su sexualidad, con el orgasmo y con las relaciones, así como miedos muy variados o la simple dificultad para abandonarse al placer o incluso merecerlo".
La consecuencia inmediata de este hecho es que "esa sensación tan placentera quede bloqueada", matiza Sanz. El experto comenta la curiosidad de que "muchas mujeres aprenden a tener sus orgasmos utilizando sus muslos o, sencillamente, apretando la musculatura. Es decir, sin contacto directo con sus manos".
A su juicio del psicólogo y sexólogo, "esto nos da una idea de cómo la sociedad educa a las mujeres en no tocarse, en prevenir o retrasar su sexualidad, pero también nos enseña cómo el simple placer se abre camino a través de la cultura y los tabús".
Sin embargo, el mito más importante es que "todas las personas somos iguales", según el experto. "Cada una vive su sexualidad de una forma diferente, y sus orgasmos no tienen por qué parecerse a nada conocido", clarifica Sanz. Además, "con un adecuado reaprendizaje en terapia sexual es posible romper todas las barreras y vivir una sexualidad plena, libre y satisfactoria", concluye el psicólogo y sexólogo de la Fundación SEXPOL.