MADRID, 13 Ene. (EUROPA PRESS) -
Un estudio publicado en la revista científica 'Frontiers in Oncology' ha ofrecido una descripción detallada de la forma en que las células cancerosas del ovario se adaptan para sobrevivir y proliferar en la cavidad peritoneal. Los investigadores muestran que las estructuras dentro de las células cambian a medida que la enfermedad progresa de benigna a maligna, ayudando a las células a crecer en un entorno por lo demás hostil de bajos nutrientes y oxígeno.
Según explican los autores, comprender cómo se regulan estas adaptaciones celulares podría anunciar nuevas opciones de tratamiento dirigidas contra la quinta causa principal de muertes relacionadas con el cáncer en las mujeres.
"Nuestro estudio comparó las estructuras dentro de las células que representan las diferentes etapas del cáncer de ovario, incluso después de la agregación, lo que mejora su supervivencia. Encontramos que una de estas estructuras, las mitocondrias, conocidas como el 'paquete de baterías' de la célula, cambió de forma y función para adaptarse a las condiciones hostiles de la cavidad peritoneal, permitiendo que las células cancerosas agresivas crecieran y se afianzaran", explica una de las líderes de la investigación, Eva Schmelz, profesora y directora científica de la Universidad Tecnológica de Virginia (Estados Unidos).
El cáncer de ovarios a menudo se origina en las células cancerosas de las trompas de Falopio. Las células que se exfolian a partir de esta masa cancerosa pueden extenderse por la cavidad peritoneal a través del líquido del abdomen. En esta etapa, la tasa de supervivencia de una paciente es de solo el 30 por ciento, incluso si el tumor original es removido. Las probabilidades aumentan considerablemente a más del 90 por ciento si se detecta en los estadios iniciales, pero este cáncer es difícil de detectar porque hay muy pocos biomarcadores o síntomas tempranos fiables.
"Si entendemos cómo sobreviven las células cancerosas de los ovarios en el líquido del abdomen cuando se propagan por la cavidad peritoneal, podemos ser capaces de desarrollar terapias e intervenciones específicas para suprimir los brotes cancerosos de las células del tumor original", señala Schmelz.
Los investigadores utilizaron una amplia variedad de técnicas de microscopía para obtener imágenes 2D y modelos 3D de las mitocondrias, para identificar y medir su estructura en diferentes etapas del cáncer.
"A medida que el cáncer de ovario progresaba, las mitocondrias pasaron de ser una red filamentosa a una forma altamente fragmentada. Esta fragmentación y los cambios conocidos en la forma en que las mitocondrias funcionan en este estado, son la forma en que las células se adaptan a un ambiente que es bajo en nutrientes y oxígeno. También permite que las células escapen a los tratamientos comúnmente usados en pacientes con cáncer de ovario, para que puedan seguir proliferando", apunta Schmelz.