MADRID, 11 Abr. (EUROPA PRESS) -
Casi la mitad (49%) de las personas con autismo afirman no entender su menstruación, y un tercio (30%) dice que tarda entre cuatro y cinco años en aprender a gestionarla, según un estudio de Intimina, que lleva por objetivo visibilizar la realidad de las personas con autismo en torno a la menstruación.
Las razones varían, pero esta nueva investigación muestra que podría deberse a que las personas con autismo tienen experiencias diferentes en lo que respecta a sus sentidos, salud mental, efectos físicos, comunicación y conocimiento del sistema reproductivo y de los productos de higiene menstrual.
Además, más de la mitad de mujeres con autismo (59%) no se siente lo suficientemente cómoda para hablar sobre ello y el 16 por ciento han tenido que aprender por sí mismas sobre el ciclo menstrual.
"Entre el 94 y el 98 por ciento de la población autista tiene desorden de procesamiento sensorial, lo que, en el caso de la mujeres, suma desafíos al hecho de entender las sensaciones que produce en el cuerpo el ciclo menstrual", ha afirmado la fundadora de Autismo en positivo y colaboradora de Intimina, Tatiana Luis.
"Además, no debemos olvidar que la regla tiene un componente social que hace aún más difícil de comprender para las mujeres dentro del espectro. Los profesionales y las familias debemos estar cada vez más formados sobre cómo acompañar a las chicas en este proceso", añade Luis.
FACTOR SENSORIAL
La mayoría de las personas con autismo experimentan una hiper o hiporreactividad a los estímulos sensoriales, o un interés inusual por los aspectos sensoriales del entorno, como oler o tocar objetos.
Cuando se les preguntó si notaban los olores de los productos menstruales como los tampones, las copas menstruales y las compresas, el 70 por ciento dijo que sí, el 66 por ciento dijo que le molestaba y el 26 por ciento señaló los olores como uno de los principales problemas a los que se enfrentan cuando tienen la regla.
SALUD MENTAL Y EFECTOS FÍSICOS
La mayoría de las personas que tienen la menstruación se enfrentan a toda una serie de cambios a nivel mental y molestias físicas durante el ciclo, como hinchazón, depresión, ansiedad, dolores de cabeza, dolor de espalda, calambres, antojos, pechos sensibles e hinchados, fatiga e insomnio.
De hecho, casi todas las participantes (96%) dijeron que experimentaban cambios emocionales durante el ciclo menstrual y más de un tercio (38%) confirmaron que los cambios de humor estaban entre las tres principales preocupaciones que tenían antes de la regla.
Además de esto, 4 de cada 10 (42%) participantes con autismo afirman que les preocupa el sangrado abundante durante la menstruación y el mismo porcentaje (42%) considera los calambres como su mayor malestar.
Una de las participantes diagnosticadas de autismo añadió un comentario en el informe donde afirmaba que sufre "oleadas de depresión, ansiedad, ataques de pánico y estallidos de llanto" durante la menstruación.
COMUNICACIÓN
Así las cosas, los resultados muestran que el 41 por ciento de las mujeres con autismo no se sienten seguras al hablar con sus amigos o familiares sobre su ciclo menstrual, y otro 18 por ciento se siente muy inseguro. Esto contrasta con la muestra neurotípica, en la que el 74 por ciento dijo sentirse seguro o muy seguro.
Tal vez, estos problemas de comunicación sean los que han llevado al 16 por ciento de las personas con autismo a ser autodidactas en lo referente a la menstruación.
Asimismo, cabe resaltar que casi la mitad (49%) de las personas autistas no entienden del todo su ciclo menstrual y cuando se les pidió que identificaran el cuello uterino en una imagen del aparato reproductor femenino, 4 de cada 10 participantes no lo identificó.
En lo referente a productos para la regla, existe una amplia mayoría de personas autistas (83%) que considera que son difíciles de usar y para un tercio (34%) el uso de productos sanitarios es la tercera mayor preocupación cuando se trata de su menstruación, por detrás de los cambios de humor (50%) y el dolor de la regla (49%). Sin embargo, casi una cuarta parte de las participantes prefieren utilizar copas menstruales.