MADRID, 18 Abr. (EUROPA PRESS) -
Cada vez más mujeres tienden a apostar por tratamientos en su zona íntima como el láser que no implican cirugía y que constituye una solución con resultados muy eficaces, ha afirmado la codirectora de la Clínica Ginecológica en Teknon, la doctora Teresa Gómez.
El láser también permite realizar un tratamiento combinado que solucione los problemas funcionales y estéticos a la vez, ha continuado la especialista dentro del marco de las I Jornadas Internacionales de Cirugía Íntima y Ginecoestética.
De hecho, la aparición del láser intravaginal fraccional o de CO2 ha significado también un importante avance en la cirugía íntima, ya que un 85 por ciento de las mujeres que se someten a esta técnica reconocen que su satisfacción durante las relaciones sexuales ha mejorado.
Esta es una técnica ambulatoria, indolora y sin efectos secundarios que estimula la producción de colágeno y permite regenerar la mucosa vaginal, tensar y tonificar los músculos de la vagina y estrechar el canal vaginal, a la vez que se recupera la estética de los labios más íntimos.
Además del láser, existen otras técnicas como los ejercicios de Kegel, pero que han demostrado ser sobre todo eficaces a modo de prevención o en casos muy leves. La doctora Gómez ha destacado que en la propia consulta también se utilizan las inyecciones de ácido hialurónico que son de gran eficacia en la mejora de la tonificación muscular de la zona cuando las características fisiológicas de las pacientes a quien se les aplica es la adecuada.
Otra de las intervenciones más demandadas es la mejora de la estética de los genitales mediante labioplastias con el láser. Estas técnicas permiten remodelar los labios mayores y menores y reducirlos para que no se noten con ropa ajustada y queden más estéticos a la vista.
"Todos los profesionales hemos visto la creciente preocupación de la mujer por la estética de su zona más íntima. Muchas pacientes llegan a nuestra consulta porque les da vergüenza que se le noten los labios vaginales cuando van al gimnasio o a correr o no les gusta su aspecto externo", ha explicado Gómez.
TRATAR LA INCONTINENCIA Y MEJORAR LA ESTÉTICA
Por su parte, el director de la Clínica Ginecológica en Teknon, Javier del Pozo, ha explicado que ha sido unánime constatar la efectividad del láser para tratar la incontinencia urinaria leve, la atrofia vaginal y las amplitudes vaginales, ha permitido reducir de forma significativa las intervenciones quirúrgicas y el tiempo de la recuperación.
"La mujer actual cuida su cuerpo y desea disfrutar de él. El perfil de la mayoría de mujeres que nos consultan tienen entre 40 y 60 años, buscan mejorar problemas funcionales del aparato genital femenino y a su vez desean que en la misma intervención se tenga en cuenta el aspecto estético. El abordaje de estos casos debe ser multidisciplinario", ha concluido del Pozo.
Muchas mujeres sufren laxitud en la piel de los labios vaginales y los músculos del canal de la vagina, provocando una baja autoestima por el aspecto de sus labios íntimos, una menor satisfacción sexual en sus relaciones debido a la amplitud del canal vaginal y una leve incontinencia de orina.
Esto se debe en el caso de las mujeres más jóvenes a los partos vaginales, sobre todo si han sido traumáticos, y en de las mayores de 50, debido a la pérdida de colágeno muscular debido a la edad y la falta de estrógenos provocada por el climaterio. Concretamente, un 50 por ciento de mujeres en estado posmenopaúsico sufre una condición conocida como vaginitis atrófica, con los mismos síntomas.
"La mujer del siglo XXI no se conforma y quiere poder tener una vida sexual y física plena a cualquier edad; ya no acepta que la laxitud vaginal disminuya la calidad de sus relaciones o que no le permita sentirse bien consigo misma y busca soluciones", ha indicado del Pozo.
El objetivo es dejar la zona genital íntima en condiciones preconcepcionales, es decir, antes de tener hijos, ha concluido la doctora Gómez quien ha afirmado que un 50 por ciento de las mujeres posmenopáusicas sufren de vaginitis atrófica debido a la reducción de los estrógenos con las consecuentes implicaciones sexuales y urológicas.