MADRID, 18 (EUROPA PRESS)
Una de cada tres españolas considera que hasta los 45 años es hay tiempo para tener un hijo de forma natural, por lo que no son conscientes de que a partir de esa edad las posibilidades de manera natural son "muy bajas y hay mayores riesgos" a la hora de conseguir el embarazo, según ha informado la coordinadora de Ginecología de Ginefiv, Victoria Verdú, con motivo de la celebración de la 'Expo Mujer España 2015'.
Actualmente cada vez se posterga más la maternidad y, según datos de la clínica Ginefiv, la edad media de las mujeres que se someten a un tratamiento es de más de 38 años, cifra superior a la edad recomendada para planear un embarazo.
Y es que, la pérdida de óvulos es un proceso "exponencial e irreversible" en el órgano reproductivo femenino. En concreto, al nacer, la mujer cuenta con aproximadamente un millón de ovocitos y este número va disminuyendo, hasta reducirse a cerca de 400.000 cuando tiene su primera menstruación, a 200.000 alrededor de los 30 años y los 47 se sitúa en los 1.000.
"La edad a la que las mujeres deciden tener su primer hijo ha aumentado en los últimos años. Esto se debe, en gran parte, a que ellas se sienten más capacitadas para ser madres alrededor de los 40 años porque tienen mayor estabilidad profesional y económica", ha señalado Verdú.
Ante este reto, la doctora ha destacado la necesidad de incrementar el asesoramiento reproductivo a la población para poder ayudarles a planificar, advirtiendo de la predicción de la fertilidad a medio y largo plazo y tener así una guía sobre el tiempo que puede demorar la maternidad sin correr el riesgo de la reserva ovárica reducida.
ANÁLISIS DE LA HORMONA ANTIMÜLLERIANA
De hecho, hoy en día las mujeres pueden conocer su estado de fertilidad y las probabilidades reproductivas de manera a través del análisis de la hormona antimülleriana (AMH), un marcador que ofrece información para averiguar la cantidad de folículos ováricos.
"Dicha hormona es producida por los folículos de pequeño tamaño en los ovarios, siendo un indicador proporcional del número óvulos disponibles que presenta la mujer a cada edad. De esta manera, y con tan sólo una muestra de sangre, podemos conocer si la paciente tiene una baja reserva ovárica para poder actuar a tiempo", ha detallado Verdú.
Asimismo, la experta ha abundado en la necesidad de conocer la reserva ovárica a edades tempranas y realizar el test antes de los 35 años, ya que a partir de ese momento comienza un deterioro del sistema reproductivo femenino que produce una menor cantidad de óvulos y de peor calidad, por lo que influye en la disminución de la fertilidad.
"En consulta nos llegan muchas pacientes mayores de 40 años que quieren someterse a un tratamiento de preservación de la fertilidad, edad en la que no es viable porque presentan pocos ovocitos y de mala calidad, por lo que las tasas de éxito disminuyen", ha añadido la doctora.
Otra prueba adicional es el recuento de folículos antrales, que se efectúa con una ecografía ginecológica vaginal. "Al igual que se realizan citologías, ecografías o valoraciones mamarias, se debería incluir en todo momento estas pruebas en cualquiera de las revisiones ginecológicas rutinarias para que las mujeres sepan sus posibilidades reproductivas y pueda tomar decisiones sobre postergar o no la maternidad", ha zanjado Verdú.