Los avances en Hematología proporcionan "nuevas claves" para tratar los abortos espontáneos

Archivo - Torrente sanguíneo.
Archivo - Torrente sanguíneo. - GETTY IMAGES/ISTOCKPHOTO / DESIGN CELLS - Archivo
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Publicado: lunes, 1 diciembre 2025 18:38

MADRID 1 Dic. (EUROPA PRESS) -

Expertos de la Sociedad Española de Trombosis y Hemostasia (SETH) han destacado que los avances en Hematología han proporcionado "nuevas claves" para el tratamiento de la pérdida gestacional recurrente, la trombocitopenia neonatal y la trombocitopenia pediátrica, tres escenarios donde la colaboración multidisciplinar resulta "determinante" para orientar el diagnóstico y optimizar los tratamientos.

"La pérdida gestacional recurrente, también conocida como aborto recurrente, afecta entre el 1 y el 5 por ciento de las mujeres en edad fértil y continúa siendo uno de los retos asistenciales más complejos por su naturaleza multifactorial", ha explicado la hematóloga del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz (Madrid) Pilar Llamas, durante el XX Curso de Formación Continuada en Trombosis y Hemostasia.

Si bien su abordaje inicial corresponde a un equipo de Ginecología especializado en este campo, la especialista ha expresado que la consulta con el servicio de Hematología es "imprescindible" cuando se descartan causas ginecológicas habituales, y cuando existen alteraciones en pruebas de coagulación, trombocitopenia o anemia, cuando hay antecedentes personales o familiares de trombosis o diagnóstico previo de trombofilia, o se sospecha síndrome antifosfolípido obstétrico.

Respecto a las pruebas de trombofilia indicadas, la doctora Llamas ha reconocido que "existe debate sobre la extensión de las pruebas de laboratorio y las guías difieren en sus recomendaciones".

La especialista también ha aseverado que el síndrome antifosfolípido es la causa tratable más relevante asociada a la pérdida gestacional recurrente, y que algunas guías recomiendan iniciar el cribado de anticuerpos antifosfolípido tras dos o tres abortos, en casos con sospecha clínica de síndrome antifosfolípido.

"En este sentido, es fundamental correlacionar los criterios clínicos y de laboratorio para establecer un diagnóstico certero, que permita administrar el tratamiento antitrombótico adecuado", ha agregado.

UN CRIBADO RUTINARIO, DESACONESJADO EN TROMBOFILIA HEREDITARIA

La doctora Llamas ha explicado que la evidencia actual desaconseja el cribado rutinario de trombofilia hereditaria, al no existir una relación clara con el aborto recurrente ni un beneficio probado del tratamiento anticoagulante, por lo que deberá reservarse para casos con antecedentes de tromboembolismo venoso o trombofilia familiar conocida.

Asimismo, ha incidido en que la implicación del hematólogo resulta "clave para evitar tratamientos innecesarios y unificar criterios", especialmente en un contexto donde la indicación de pruebas de trombofilia sigue siendo muy heterogénea, que es precisamente uno de los motivos por los que, en los últimos años, las sociedades científicas han avanzado en la elaboración de guías de práctica clínica consensuadas, destinadas a unificar criterios y promover la educación médica continua.

"Desde la SETH, hemos impulsado la creación de un grupo de trabajo multidisciplinar para analizar el papel de la terapia antitrombótica y la trombofilia en los problemas reproductivos. Su objetivo es elaborar un documento que refleje la evidencia científica disponible y el consenso alcanzado entre las distintas sociedades implicadas, cuya publicación se espera para el próximo año", ha precisado.

Por otro lado, la hematóloga del Complejo Hospitalario Universitario Insular-Materno Infantil de Las Palmas de Gran Canaria María Falcón ha detallado que la trombocitopenia neonatal es un "hallazgo frecuente" en el neonato ingresado, con prevalencias que oscilan entre el 1 y el 5 por ciento de los neonatos, y hasta el 70-80 por ciento en prematuros con peso inferior a un kilo.

"Las causas varían según la edad gestacional. En recién nacidos a término, la más habitual es la trombocitopenia aloinmune, y en bebés prematuros, predomina la hipoxia fetal crónica por insuficiencia placentaria", ha resaltado Falcón.

Uno de los cambios más relevantes en los últimos años deriva del estudio PLANET-2, que demostró que las transfusiones liberales de plaquetas tenían un impacto negativo a corto y largo plazo en el neonato, por lo que las guías actuales recomiendan umbrales de transfusión más restrictivos, adaptados a la edad gestacional y a los riesgos asociados".

Entre los principales retos se destaca la necesidad de contar con herramientas que permitan distinguir neonatos con alto riesgo hemorrágico de aquellos con riesgo bajo, lo que evitaría transfusiones innecesarias y sus potenciales efectos adversos.

El hematólogo pediátrico del Hospital Sant Joan de Déu (Barcelona) Rubén Berrueco ha recordado que la trombocitopenia inmune en niños es un hallazgo frecuente y a menudo transitorio, pero que en algunos casos requiere una atención específica.

El diagnóstico diferencial de la trombocitopenia en la edad pediátrica incluye las infecciones virales o bacterianas, efectos secundarios de fármacos como quimioterapia o anticonvulsivos, enfermedades hematológicas como leucemia o aplasia medular, o trastornos congénitos y enfermedades autoinmunes.

Los avances más recientes tienen que ver con una mejora sustancial en el diagnóstico genético de las trombocitopenias constitucionales, que son menos frecuentes que las inmunes, gracias a paneles de genes más rápidos, precisos y accesibles, aunque el "gran reto" tiene que ver con saber diferenciar las trombocitopenias constitucionales de las adquiridas y transitorias.

"No todo recuento plaquetar bajo en niños es una trombocitopenia inmune", ha subrayado el experto, que ha apuntado a la necesidad de una correcta orientación diagnóstica para evitar tratamientos innecesarios, y a una mayor colaboración entre pediatras y hematólogos para garantizar un manejo individualizado.

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