MADRID, 12 Ene. (EUROPA PRESS) -
Un estudio reciente del Centro RIKEN de Proyectos de Inteligencia Avanzada (AIP) y del Instituto de Investigación del Centro Nacional del Cáncer de Japón ha utilizado un análisis multiómico de 'big data' para examinar los cambios en la expresión génica a medida que las células de las trompas de Falopio humanas se vuelven cancerosas, un hallazgo que supone nuevas dianas para tratar el cáncer de ovario.
Tras identificar desregulaciones en varias vías de señalización biológica, pudieron predecir un tratamiento eficaz y probarlo, con resultados prometedores.
El cáncer de ovario es uno de los cánceres más difíciles que afectan al aparato reproductor femenino, siendo el carcinoma seroso de ovario de alto grado (HGSOC) el más mortífero. Este tipo de cáncer, como muchos otros, no obedece a una única mutación, lo que dificulta su tratamiento. Por ello, en lugar de analizar las secuencias de ADN, el equipo se centró en los perfiles epigenéticos, es decir, en los interruptores de encendido y apagado de un tipo celular concreto que afectan a la expresión génica y, en este caso, conducen a la formación de tumores.
El HGSOC se origina en las trompas de Falopio y los casos más difíciles no responden a la quimioterapia. Los investigadores se centraron en este tipo de tumor utilizando células derivadas de células epiteliales de trompas de Falopio humanas, que cultivaron en diversas condiciones y estudiaron mediante un análisis ómico integrador especial.
"Este análisis integra y analiza una enorme cantidad de datos procedentes de múltiples técnicas de alto rendimiento, como ATAC, ChIP y secuenciación de ARN, para obtener una comprensión holística de sistemas biológicos complejos", explica Hidenori Machino, uno de los investigadores principales.
El análisis, publicado en la revista científica 'Experimental & Molecular Medicine', predijo que determinados factores que controlan la expresión génica se comportan de forma anómala durante la tumorigénesis, justo cuando las células pasan de ser normales a cancerosas. Estas predicciones se comprobaron comparando los niveles de proteínas entre células normales y cancerosas.
Las predicciones se cumplieron y los investigadores descubrieron que ciertas proteínas, conocidas como el complejo AP-1, eran excesivamente activas en las células cancerosas. Estas proteínas contribuyen a estimular el crecimiento y la propagación de las células cancerosas. Además, otro conjunto de proteínas, la familia GATA, que suele ayudar a controlar el comportamiento celular, resultó ser menos eficaz en las células cancerosas.
El análisis también identificó genes específicos -MAF, GATA6 y DAB2- que desempeñan un papel crucial en el control del crecimiento del cáncer. En las primeras fases de la tumorigénesis, estos genes se suprimían epigenéticamente, lo que contribuía a la formación de tumores. Al comprender cómo la supresión de estos genes conducía a la disfunción, los investigadores pudieron deducir una contramedida.
"Nos dimos cuenta de que el culpable era la excesiva activación de Ras como resultado de la supresión epigenética de genes y razonamos que un fármaco capaz de bloquear los acontecimientos en esta vía invertiría la tendencia", dice Machino. Cuando se probó con trametinib, un fármaco clínicamente aplicable que puede inhibir la señalización de Ras, observaron signos de control epigenético normal, incluida la supresión de MAF y DAB2.
Los fármacos como el trametinib se denominan inhibidores de MEK y este estudio predice que podrían ser eficaces para prevenir la tumorigénesis en el cáncer de ovario. Además, la supresión de MAF, GATA6 y DAB2 podrían ser biomarcadores útiles. "Los biomarcadores del HGSOC que hemos descubierto podrían utilizarse para la detección precoz del cáncer de ovario", afirma Machino. "Los hallazgos también apuntan a nuevos enfoques terapéuticos, que podrían tener un impacto significativo en la sociedad", añade.