MADRID, 5 Jun. (EUROPA PRESS) -
El 50 por ciento de las mujeres tendrá una infección urinaria a lo largo de su vida, según ha informado la Sociedad Española de Nefrología, quien ha recordado que las infecciones de orina se encuentran entre las infecciones más frecuentes en el estado.
Esto se debe a que la uretra femenina es más corta que la masculina y, por lo tanto, las bacterias que viven en el suelo pélvico de la zona genital suben al sistema urinario más fácilmente. Aunque con menor frecuencia, también se dan en los hombres, con dos picos principales de incidencia, en el primer año de vida y en mayores de 50 años.
Entre las causas más comunes de aparición de infecciones de orina se encuentran la tendencia a aguantar en exceso las ganas de orinar, la escasa ingesta de líquidos, el prostatismo asociado o la inmonosupresión. Asimismo, se asocian también a la falta de higiene en la zona genital, las relaciones sexuales, prendas de ropa mojadas o el estreñimiento.
Estas infecciones desencadenan una serie de síntomas que varían en función de la severidad de la infección, características del paciente y órgano afectado. Entre esos síntomas están la disuria (el escozor al orinar), la polaquiuria (el incremento de la frecuencia miccional) o el tenesmo (sensación constante de ganas de orinar).
"Si se produce afectación del riñón, se presenta además afectación del estado general, dolor lumbar o fiebre cuando la afección se localiza en la próstata se presenta muchas veces con fiebre intensa e intensa clínica miccional. En pacientes mayores puede progresar y expandirse hasta convertirse en una grave afección, manifestándose únicamente como cierto decaimiento y astenia. Y por último, si se acompaña de obstrucción de la vía urinaria, puede producir cuadros de sepsis muy graves (infección generalizada), que pueden comprometer la vida del paciente", ha explicado el urólogo de Policlínica Guipúzcoa, Gregorio Garmendia.
El tratamiento principal consiste en la prevención de aquellos factores que pueden desencadenar la infección. Entre ellos el experto ha destacado una adecuada ingesta de líquidos, no retrasar la micción, el vaciado completo de la vejiga, el control del estreñimiento, el control de las situaciones patológicas que puedan influir (prostatismo, control de la diabetes o revisiones ginecológicas) y mantener una buena higiene íntima (especialmente tras las relaciones sexuales).