MADRID, 14 Mar. (EUROPA PRESS) -
El 10 por ciento de las receptoras de óvulos donados padecen endometriosis, enfermedad que afecta a mujeres en edad fértil que ven mermada enormemente su fertilidad, según han comentado expertos de la clínica de reproducción asistida Ginefiv con motivo de la celebración del Día Mundial de la patología.
La endometriosis se produce cuando el tejido del endometrio crece fuera del útero apareciendo en los ovarios, trompas de Falopio, peritoneo, intestino, vejiga o incluso, en raras ocasiones, en el pulmón. A pesar de los avances médicos, esta enfermedad no tiene cura ni se conoce su causa, por lo que tan sólo se emplean fármacos antiinflamatorios para aliviar los fuertes dolores que produce, siendo la última solución la cirugía, donde por vía laparoscópica, se eliminan los tejidos dañados.
Pero hasta llegar a un diagnóstico claro, las pacientes comienzan un peregrinaje cargadas de historiales médicos. Y es que, el diagnóstico de la endometriosis suele demorarse una media de 8 años, causando problemas psicológicos y dificultando el acceso a las técnicas de preservación de la fertilidad, como la vitrificación de óvulos, donde la edad de la mujer es primordial.
"Si el diagnóstico se realiza a tiempo, las pacientes podrían plantearse opciones como la preservación de ovocitos, ante la posibilidad de no poder ser madres de forma natural o tener que recurrir a técnicas de reproducción asistida en un futuro. Además, esta técnica les daría más seguridad a la hora de decidir ser madres en un momento determinado de sus vidas y no como última opción ante la pérdida de sus órganos reproductores o cuando los problemas de fertilidad son irreversibles", ha dicho la paciente y responsable de la Agrupación de Pacientes de Endometriosis EsEndo, M Ángeles Poveda.
Cuando el diagnóstico de endometriosis es leve o moderado, antes de que la enfermedad progrese, se recomienda la vitrificación de ovocitos para poder intentar un embarazo más adelante, aunque para ello la edad debería de ser inferior a 35 años. En casos severos, según ha analizado la coordinadora de Ginecología de la Clínica Ginefiv, Victoria Verdú, sólo se puede realizar esta técnica siempre y cuando se pueda acceder a los ovarios para extraer los óvulos que serán vitrificados. Para ello se realiza una punción ovárica, que consiste en utilizar un ecógrafo transvaginal unido a una aguja con la que se aspiran los óvulos.
En casos de endometriosis muy severa el acceso transvaginal a los ovarios para extraer los óvulos es imposible por las múltiples adherencias del tejido endometrial que se han creado en el útero. Además, la posibilidad de obtener óvulos es muy baja en el caso de que hayan sufrido varias intervenciones por lo que no queda más remedio que recurrir a óvulos de donantes.
Por otra parte, las expertas han señalado que un "alto porcentaje" de pacientes con endometriosis se ven obligadas a luchar contra el dolor, realizando un importante esfuerzo físico para poder continuar con sus carreras profesionales, y para poder contribuir a la organización familiar, mientras que su calidad de vida experimenta un empeoramiento progresivo.
Además, al ser una enfermedad que afecta especialmente a mujeres en edad productiva, provoca bastantes pérdidas por absentismo laboral, y por ende, en el resto de los factores sociales como, por ejemplo, vivienda, empleo, relaciones familiares, riesgo de exclusión social o posibilidad de reinserción laboral.
"Toda esta información pone de manifiesto que la endometriosis es mucho más que una enfermedad ginecológica. Es difícil explicar en el ámbito laboral el hecho de ausentarse varios días por un dolor intenso durante la menstruación. Además de resaltar la gran carga psicológica que la enfermedad y sus consecuencias traen a nuestras vidas, que suelen ser un gran reto para las pacientes y su entorno, creando sentimientos de inseguridad, incomprensión o frustración", ha zanjado Poveda.