MADRID, 21 Jun. (EUROPA PRESS) -
La música ayuda a los pacientes con Alzheimer a expresar sus emociones y mejorar sus interacciones sociales, tal y como ha asegurado el director asistencial de Sanitas Mayores, David Curto, quien, además, ha señalado que aporta mejorías conductuales y psicomotrices.
Además, y según la experencia adquirida en los centros de Sanitas Mayores, la música también aporta a estos pacientes beneficios moderados a nivel cognitivo como, por ejemplo, evasión de los pensamientos rumiativos, promoción del recuerdo de algunas canciones que parecían olvidadas, mantenimiento de la atención o activación de la reminiscencia.
"La mayoría de estos beneficios ocurren a corto plazo, pero la mejora del estado de ánimo se mantiene en el tiempo, a veces durante varias horas después de terminar la actividad con música. Puede no parecer gran cosa, pero resulta maravilloso si tenemos en cuenta que muchos de los asistentes no reconocen a sus familiares, ni suelen recordar lo que acaban de decir o bien han perdido la capacidad de hablar”, ha destacado Curto.
Precisamente, prosigue el especialista, estas emociones crecen a medida que se incrementa el deterioro cognitivo, es decir, cuanto más alto es el grado de demencia, más útil es la música para propiciar un estado emocional positivo.
Recientemente, neurocientíficos del Instituto Max Planck de Neurociencia y Cognición Humana de Leipzig (Alemania) han demostrado que la música se aloja en zonas del cerebro diferentes de las áreas donde se guardan los otros recuerdos relacionados con la memoria episódica, la semántica o la autobiográfica.
“El recuerdo musical se encuentra íntimamente relacionado con las zonas subcorticales del cerebro y, en concreto, con el sistema límbico, que es nuestro principal almacén y centro de regulación de las emociones. Tener abierta la puerta al recuerdo emocional es un recurso valiosísimo para conectar con la persona que vive con alzhéimer y así mejorar su bienestar día a día, momento a momento. La música nos abre el camino para entablar una relación no verbal con la persona, para conectar con sus recuerdos más remotos y desde ahí establecer un trabajo emocional positivo que, mediante la activación de la memoria afectiva, redunde en su calidad de vida”, ha dicho Curto.
Dicho esto, el director asistencial de Sanitas Mayores ha comentado que, aunque hay gran cantidad de actividades para trabajar con los mayores, el criterio para realizar unas u otras depende de la fase en que se encuentre la enfermedad de Alzheimer, las capacidades conservadas, las necesidades específicas de cada persona y sus gustos o preferencias musicales, entre otros factores.
“Cuando el deterioro cognitivo es muy avanzado, nosotros utilizamos una selección de canciones de su infancia y juventud que escuchamos con ellos para intentar conectar con sus recuerdos musicales. Si los residentes no pueden decirnos qué música les gustaba, pedimos ayuda a sus familiares para recopilar aquellas melodías significativas para cada persona. Una vez hemos conseguido la conexión, les animamos a cantar, tararear, mover los brazos, la cabeza o bailar, cada uno según sus capacidades concretas”, ha argumentado el doctor.
Además de esta actividad, cuando los residentes tienen un deterioro cognitivo leve o moderado, Curto ha propuesto retarles a recordar un tramo de la letra, el título de la canción o el nombre del cantante, así como animarles a reactivar momentos importantes de su vida en los que han escuchado esta canción y lo que sintieron en aquella ocasión.