MADRID, 13 Sep. (EUROPA PRESS) -
Los investigadores que estudian el SARS-CoV-2 podrían haber desarrollado nuevos métodos para administrar vacunas por vía oral, que serían tanto más fáciles de administrar como más eficaces para combatir la enfermedad, según adelanta un nuevo estudio publicado en la revista 'Biology Methods and Protocols'.
La mejor forma de neutralizar los virus es antes de que puedan penetrar en el interior de las células humanas, sino que sólo se encuentran en la superficie externa de las células epiteliales que recubren y producen la mucosidad de los pulmones, la nariz y la boca.
Una clase específica de anticuerpos conocida como inmunoglobulina A actúa en la mucosidad y puede desactivar los virus. Sin embargo, la producción de inmunoglobulinas/anticuerpos específicos para un virus determinado tiene que ser inducida primero por una vacunación. Una vacunación que produzca rápidamente anticuerpos de inmunoglobulina A prevendría mejor la enfermedad.
Dado que el coronavirus, al igual que la gripe, infecta las células bronquiales, los investigadores creen que es importante inducir la secreción de Inmunoglobulina A específica del antígeno del virus en la mucosa y no en la sangre.
Recientemente, los científicos han desarrollado vacunas administradas por vías alternativas, como la nasal o la oral. Dichas vacunas son más eficaces en la inducción de Inmunoglobulinas A que las administradas mediante vacunación subcutánea convencional.
Aunque los médicos han utilizado vacunas nasales en las clínicas, han descubierto que estas vacunas tienden a producir efectos secundarios, como dolores de cabeza y fiebre, en el sistema nervioso central o los pulmones.
Este estudio, realizado por investigadores del Laboratorio de Inteligencia y Tecnología, Inc., en Japón, examinó una nueva vacuna contra el SRAS-CoV-2 diseñada para inducir la producción de inmunoglobulina A por vía oral (bajo la lengua) en monos. El método funcionó y los animales utilizados para la prueba produjeron los anticuerpos necesarios contra la enfermedad sin efectos secundarios perceptibles.
Esto sugiere que, con más investigación, las clínicas pronto podrían ofrecer vacunas orales contra el coronavirus, que serían más populares y tendrían más éxito contra la enfermedad.
