MADRID, 8 Feb. (EUROPA PRESS) -
Investigadores de la Universidad de Melbourne y el Royal Hospital de esta ciudad australiana han desarrollado un nuevo dispositivo minimamente invasivo para ayudar a las personas con parálisis a recuperar la movilidad de sus extremidades inferiores mediante un exoesqueleto que puede controlarse a través de la mente.
El sistema está compuesto de un electrodo basado en un 'stent', conocido como 'stentrodo', que se implanta en el interior de un vaso sanguíneo del cerebro y permite registrar la actividad neuronal que, según han demostrado investigaciones preclínicas, permite mover o controlar las extremidades con la ayuda de un exoesqueleto o extremidades biónicas.
El nuevo dispositivo es del tamaño de un pequeño clip y los autores confían en implantarlo por primera vez en humanos en el año 2017, después de que en un artículo en la revista 'Nature Biotechnology' haya demostrado que el dispositivo es capaz de recibir señales de alta calidad emitidas desde la corteza motora del cerebro, sin necesidad de realizar una intervención quirúrgica para implantarlo.
Uno de los autores de dicho hallazgo, el investigador Thomas Oxley, asegura que este 'stentrodo' es revolucionario ya que en su desarrollo han participado 39 científicos de 16 universidades.
"Hemos sido capaces de crear un dispositivo mínimamente invasivo único en el mundo que se implanta en un vaso sanguíneo del cerebro a través de un sencillo procedimiento que hace que no sea necesario someter al paciente a una cirugía cerebral de alto riesgo", ha destacado.
El dispositivo, según ha explicado, permite recuperar la función motora de estos pacientes con parálisis mediante el registro de la actividad cerebral y su conversión en comandos eléctricos que, a su vez, favorecen el movimiento de las extremidades mediante un exoesqueleto.
El concepto, ha añadido Nicholas Opie, ingeniero biomédico de la Universidad de Melbourne, es similar al de un marcapasos para el corazón pero en el cerebro, donde es capaz de identificar la actividad cerebral a nivel local.
Un hallazgo que le diferencia de los exoesqueletos desarrollados hasta ahora, que son controlados por el paciente con una especie de palanca de mandos para mover las extremidades. Además, en el estudio preclínico han confirmado que su implantación resulta segura para su uso a largo plazo.
"A través de nuestro estudio preclínico hemos sido capaces de grabar con éxito la actividad cerebral durante muchos meses. La calidad de la grabación mejoró a medida que el dispositivo se incorporó en el tejido. Además, también hemos demostrado que resulta seguro y eficaz implantarlos a través de una angiografía, más seguro que la cirugía", han destacado los autores.