MADRID 9 May. (EUROPA PRESS) -
El Hospital Vithas Nuestra Señora de Fátima de Vigo (Galicia) ha diagnosticado e intervenido satisfactoriamente una extraña variante anatómica maligna en la coronaria derecha de un hombre de 42 años que llegó a tener durante más de 12 horas episodios de taquicardia y fibrilación ventricular.
En el proceso asistencial de este paciente, tanto en el diagnóstico como en la intervención quirúrgica, ha participado un equipo multidisciplinar integrado médicos de las especialidades de Medicina Intensiva, de la Unidad de Cardiología Integral, de Diagnóstico por Imagen, de Anestesia, así como por profesionales de Enfermería, coordinados todos ellos por el jefe del Servicio de UCI y de Urgencias del Hospital Vithas Nuestra Señora de Fátima, Sergio Zapatería Lucea.
La dificultad de diagnosticar una variante anatómica maligna de la coronaria de un paciente pasa, ya no sólo por la poca frecuencia de este tipo de patologías, sino por la dificultad de encontrar la anomalía, muchas veces milimétrica, y porque "ningún caso es igual a otro". Y es que, en grandes poblaciones, los hospitales de referencia no llegan a diagnosticar siquiera un caso al año.
Ahora bien, el pasado mes de abril el paciente, de 42 años, residente en la provincia de Pontevedra y deportista aficionado habitual, se desplomó cuando estaba trabajando y días después de haber estado entrenando para participar en una carrera de 100 kilómetros en Ponferrada. Fue trasladado urgentemente a un centro hospitalario de la ciudad de Pontevedra desde donde se le derivó al Hospital Vithas Nuestra Señora de Fátima para que se le hiciese un cateterismo coronario ante la sospecha de un infarto de miocardio.
En ese momento, el paciente inició episodios repetidos de arritmias malignas con taquicardia y fibrilación ventricular durante unas 12 horas. En la sala de Hemodinámica del hospital se constató que el origen de la coronaria derecha no era el habitual, pero que no había ninguna lesión en las coronarias y que, por lo tanto, las arritmias malignas que presentaba no se debían a un infarto de miocardio por esta causa.
Por ello, el equipo médico solicitó una ecografía cardiaca, donde se detectó una anomalía en el ventrículo derecho. Los médicos pensaron en una displasia cardiaca (una malformación en las células del corazón) y solicitaron un estudio electrofisiológico a la Unidad de Arritmias, que no consiguió provocar la arritmia para averiguar su causa e intentar corregirla. Al mismo tiempo, se solicitó un escáner para estudiar y diagnosticar la posible displasia.
Posteriormente, el equipo médico decidió, con autorización del paciente y de su familia, iniciar un estudio genético para confirmar o descartar un componente hereditario de esta patología. Ante la falta de un diagnóstico claro con estas pruebas, se realizó una resonancia que determina una mínima falta de riego en la cara inferior del corazón, en la zona a la que la coronaria derecha lleva la sangre.
Paralelamente, y ante la sospecha de que pudiera tratarse de una displasia congénita, se realizó un electrocardiograma a la madre y a la hermana del paciente. Sus electrocardiogramas tenían una mínima alteración, similar a la que presenta el paciente.
Dado que el conjunto de pruebas realizadas aportaban datos discordantes, se volvieron a revisar y a buscar posibles causas de un comportamiento tan anómalo hasta que, revisando prácticamente fracción de segundo a fracción de segundo todo el recorrido de la sangre en las coronarias, se detectó que al nacer la coronaria derecha en un punto de la aorta no habitual (en el lado izquierdo) sigue un trayecto hacia la derecha, buscando su posición natural, que pasa entre el corazón y la aorta.
Y ese "pequeño" giro, menos de un centímetro, y en esa posición, hace que cada latido del corazón la comprima intermitentemente, ocasionando una falta de riego, "mínima pero constante", a la parte inferior del corazón y que ha acabado provocando las arritmias malignas.
CUATRO HORAS DE INTERVENCIÓN CON CIRCULACIÓN EXTRACORPÓREA
Una vez diagnosticado el problema y estabilizado el paciente (sin arritmia) se programa la intervención quirúrgica que se realiza con circulación extracorpórea. Posteriormente, se cortó la coronaria derecha en su salida de la aorta, cerrando el orificio y se realizó otro, en forma de ojal, en el punto correcto para la coronaria.
Una vez unidas nuevamente la aorta y la coronaria, se comprobó el correcto funcionamiento de la aorta, de la coronaria derecha resituada y del corazón y se reanudó la circulación cardiaca normal. En total fueron cerca de cuatro horas de intervención, con circulación extracorpórea del paciente, durante las que se consiguió reconducir la situación clínica de un paciente que, a partir de ahora, podrá hacer vida normal.
"Este paciente era una bomba de relojería ya que la taquicardia y fibrilación ventricular se podían haber desencadenado en cualquier momento provocando la muerte súbita del mismo y sólo en un entorno hospitalario altamente cualificado podría haber sido tratado", ha aseverado Zapatería Lucea.
Tras esta intervención, el paciente pasó 72 horas en la UCI y el pasado lunes 2 de mayo pasó a planta, donde continuó su recuperación hasta recibir, el pasado viernes, el alta hospitalaria.