MADRID 29 Jun. (EUROPA PRESS) -
Los vértigos suelen ser el tercer motivo de consulta en los servicios de Atención Primaria, según ha informado el especialista del Servicio de Otorrinolaringología del Hospital Universitario General de Villalba, Luis Cubillos.
Se trata de una sensación muy molesta de movimiento, ya sea del entorno o de uno mismo, que no es real y puede estar acompañada de náuseas, desorientación, dificultad en la marcha o sensación de desmayo inminente.
A pesar de que se confunde con cierta facilidad con un mareo, se trata de un síntoma que se produce debido a una alteración en el sistema vestibular, situado en el oído interno y que controla el equilibrio, con una importante una prevalencia e impacto en la calidad de vida, y una mayor frecuencia de absentismo laboral y consultas médicas.
"Los vértigos son un síntoma. Pueden ser del oído interno, benignos, aunque incómodos; o una manifestación de un ictus o de algunas alteraciones neurológicas graves. De manera generalizada, suelen durar varios segundos durante unos días y luego desaparecen", ha explicado el doctor.
Sin embargo, existen algunas enfermedades, como el síndrome de Ménire, que causan vértigos intermitentes a lo largo de la vida del paciente y limitan su actividad normal en periodos de mayor intensidad.
Aunque la mayoría de los vértigos son de sintomatología leve y no revisten gravedad, se trata de una sensación "bastante molesta" entre los pacientes, por lo que constituyen un motivo muy frecuente de consulta.
"Los casos más comunes que encontramos los profesionales sanitarios tienen una duración puntual, pero es importante dejar claro que, si estos síntomas persisten en el tiempo o son intensos, el paciente debe acudir a un especialista o, incluso, si se trata de una crisis muy aguda, a Urgencias", ha manifestado el especialista.
A la hora de actuar frente a ellos, el otorrinolaringólogo recomienda atender al sentido común y valorar la intensidad de los mismos. "Hay vértigos que son muy intensos, con los que hay que tener cuidado y, entre otras cosas, por ejemplo, no conducir ni utilizar maquinaria pesada", ha apuntado el doctor.
En cuanto al tratamiento, ha informado de que para los vértigos que proceden del oído interno hay distintas estrategias, siendo farmacológicos la mayoría de los tratamientos, en función de la intensidad de los síntomas.
"Cuando son agudos, se llegan a prescribir fármacos sedantes que sirven para corregir el síntoma, más que la enfermedad, y evitar así sensaciones como 'el movimiento' de la habitación en la que nos encontramos o la pérdida de equilibrio", ha recalcado.
Los datos señalan que la mayoría de los vértigos se desarrollan a lo largo de la vida de las personas y, en el 75 por ciento de los casos, simplemente se pasan y desaparecen. En este sentido, Cubillos ha comentado que, aunque existen, los vértigos de nacimiento son muy poco frecuentes, y lo habitual es que los síntomas se desarrollen en la edad media de la vida, a partir de los 40 años, no interviniendo factores de riesgo claros como la hipertensión o el colesterol.