El ventrículo artificial es la alternativa al trasplante corazón en pacientes con una grave patología asociada

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ANTONIO OLZA
Actualizado: jueves, 26 enero 2012 13:43

MADRID, 26 Ene. (EUROPA PRESS) -

El ventrículo artificial supone una alternativa al trasplante de corazón en pacientes con grave patología asociada, puesto que ayuda al órgano cardiaco a bombear la sangre con la fuerza necesaria para que llegue a todo el organismo.

El dispositivo está formado por una bomba mecánica, que funciona de forma paralela al corazón, y que está conectada por un extremo al ventrículo izquierdo y por el otro a la aorta. Para ello, la turbina gira de forma permanente gracias a un cable a través del cual recibe la energía necesaria procedente de dos baterías externas que debe llevar el paciente en un cinturón.

"Se trata de un dispositivo que permite al paciente llevar una vida bastante próxima a la normalidad, evitándole una hospitalización frecuente o continua", ha señalado el director del Servicio de Cirugía Cardiaca de la Clínica Universidad de Navarra, el doctor Gregorio Rábago.

Otra de las ventajas a las que hace referencia este especialista es que "al no tratarse de un órgano de donante sino de un dispositivo electrónico, no genera rechazo alguno en el paciente lo que le evita tomar medicación inmunosupresora de por vida".

En hospitales internacionales, el ventrículo artificial HeartMate II se utiliza como solución 'puente' durante el tiempo de espera para un trasplante cardiaco. "En otros países, los plazos para recibir un órgano de donante suelen ser mucho más prolongados que en España", ha concretado el doctor.

"Numerosos estudios internacionales han puesto de manifiesto que la eficacia de estos dispositivos permite realizar una vida normal, con un considerable ahorro económico, a pacientes con insuficiencia cardiaca terminal que hasta ahora no contaban con otras opciones terapéuticas", ha explicado este experto.

IMPLANTADO EN ESPAÑA

La eficacia de este dispositivo ya ha sido demostrada en España después de que fuese implantado a Ángel Luis Sánchez, de 66 años, quien presentaba un ventrículo izquierdo con menos de un 15 por ciento de capacidad de bombeo de sangre, una patología coronaria grave y diabetes.

"Aunque el paciente tenía el perfil adecuado para ser candidato a trasplante cardiaco, las patologías asociadas complicaban mucho la viabilidad de esta intervención", ha asegurado Rábago, quien participó en la operación de Sánchez.

Así, el equipo de cirujanos cardiacos debía valorar entre un trasplante cardiaco o el implante de un dispositivo de asistencia mecánica permanente. Tras estudiar la historia clínica y la situación actual del paciente, los especialistas optaron por esta segunda opción como solución terapéutica más beneficiosa.

Según los profesionales sanitarios, la operación, que duró cinco horas, fue un éxito, y, a los 18 días de la intervención, recibió el alta médica. "Podemos asegurar que en el plazo de un año Ángel se habrá adaptado totalmente a la vida con este dispositivo. Desde el principio, ha reducido significativamente la medicación que tomaba antes de la intervención y evita los constantes ingresos hospitalarios a los que se veía obligado", ha concluido Rábago.