MADRID 27 Oct. (EUROPA PRESS) -
Investigadores de la Universidad de Washington y el Centro de Investigación del Cáncer Fred Hutchinson en Seattle, Estados Unidos, han observado que los niños que recibieron radiación en el pecho para ser tratados de un tumor de Wilms, un tipo de cáncer infantil poco frecuente, tienen más riesgo de desarrollar cáncer de mama de adultos.
Los autores del estudio, cuyos resultados publica en su último número la revista 'Cancer', sugieren que las pautas de cribado para la detección del cáncer deberían reevaluarse en los supervivientes a estos tumores infantiles, para facilitar el diagnóstico precoz y el tratamiento oportuno de futuros tumores.
El tumor de Wilms es un tipo de cáncer de riñón que suele debutar en la infancia y puede propagarse a los pulmones, lo que obliga a utilizar una dosis relativamente baja de radioterapia en el pecho (en dosis de 12 a 14 Grays). Para evaluar los efectos de este tratamietno, los autores estudiaron a casi 2.500 jóvenes que habían sido tratadas por esta causa durante la infancia y que había sobrevivido hasta al menos los 15 años de edad.
De las supervivientes que recibieron radioterapia, más del 20 por ciento desarrolló cáncer de mama a los 40 años (en tres de cada cuatro casos, un tumor de tipo invasivo), frente a solo el 0,3 por ciento de las supervivientes que no recibieron radiación.
Además, los investigadores también encontraron un riesgo intermedio (4%) de cáncer de mama entre las mujeres con tumor de Wilms que habían recibido radioterapia abdominal, pero no en el pecho, como parte de su tratamiento.
Las tasas de riesgo de las mujeres que superaron un tumor de Wilms y recibieron radioterapia en el pecho, abdominal o de ningún tipo fue casi 30, 6 y 2 veces mayor que el de una mujer de edades similares sin ningún factor de riesgo, un hallazgo que los propios autores reconocen que fue inesperado.
Las directrices actuales para la detección precoz del cáncer de mama establecen que el cribado debe iniciarse cuando se usan más de 20 Grays, por lo que actualmente quedarían excluidas "una gran mayoría de los pacientes que reciben radioterapia en el pecho para tumores de Wilms", ha reconocido Norman Breslow, autor del estudio, que propone replantear estas recomendaciones.
En un editorial que acompaña la publicación de estos resultados, los investigadores Jennifer Dean y Jeffrey Dome, del Sistema Nacional de Salud Infantil en Washington DC, creen que las supervivientes a tumores de Wilms deberían someterse a vigilancia con mamografías y resonancias a partir de los 25 años.