MADRID, 8 Ene. (EUROPA PRESS) -
Los médicos usan desde hace tiempo los ultrasonidos para destruir tumores sin cirugía invasiva, pero hasta ahora dañaba indiscriminadamente tanto al cáncer y como a las células sanas. Ahora, los científicos han desarrollado una terapia de baja intensidad que resulta más segura y menos dañina, según publican en la revista especializada 'Applied Physics Letters'.
La mayoría de las formas de terapias basadas en ultrasonido usan rayos de alta intensidad para calentar y destruir células o agentes de contraste especiales que se inyectan antes del ultrasonido, que pueden destruir las células cercanas. Pero el calor puede dañar las células sanas y las células cancerosas, y los agentes de contraste solo funcionan para una minoría de tumores.
Investigadores del Instituto de Tecnología de California (Caltech) y el Instituto de Investigación Beckman de City of Hope han desarrollado un enfoque de ultrasonido de baja intensidad que explota las propiedades físicas y estructurales únicas de las células tumorales para atacarlas y proporcionar una opción más selectiva y segura.
Al reducir la intensidad y ajustar cuidadosamente la frecuencia para que coincida con las células objetivo, el grupo pudo separar varios tipos de células cancerosas sin dañar las células sanguíneas sanas.
Este hallazgo es un nuevo paso en el campo emergente llamado oncotripsia, consistente en la identificación y destrucción de células cancerosas en función de sus propiedades físicas.
"Este proyecto muestra que el ultrasonido se puede utilizar para atacar las células cancerosas en función de sus propiedades mecánicas --asegura David Mittelstein, autor principal del artículo--. Esta es una emocionante prueba de concepto para un nuevo tipo de terapia contra el cáncer que no requiere que el cáncer tenga marcadores moleculares únicos o que se encuentre separado de las células sanas a las que se dirige".
Un sólido laboratorio de mecánica de Caltech desarrolló por primera vez la teoría de la oncotripsia, basada en la idea de que las células son vulnerables al ultrasonido a frecuencias específicas, como la forma en que un cantante de ópera capacitado puede romper una copa de vino entonando una nota específica.
El equipo de Caltech descubrió que, a ciertas frecuencias, el ultrasonido de baja intensidad causaba la descomposición del esqueleto celular de las células cancerosas, mientras que las células sanas cercanas permanecían ilesas.
"Simplemente ajustando la frecuencia de la estimulación, vimos una diferencia drástica en la respuesta del cáncer y las células sanas --explica Mittelstein--. Quedan muchas preguntas por investigar sobre el mecanismo preciso, pero nuestros hallazgos son muy alentadores".
Los investigadores esperan que su trabajo inspire a otros a explorar la oncotripsia como un tratamiento que algún día podría usarse junto con quimioterapia, inmunoterapia, radiación y cirugía. Esperan obtener una mejor comprensión de lo que ocurre específicamente en una célula impactada por esta forma de ultrasonido.