BRUSELAS 26 Feb. (EUROPA PRESS) -
El comisario de Salud y Consumo, Tonio Borg, ha pedido este lunes a los gobiernos europeos que impongan "sanciones estrictas" a los responsables del fraude de la carne de caballo comercializada como de vacuno en productos transformados como hamburguesas y canelones en distintos Estados miembros, incluido España.
"Espero que esta experiencia convenza a los países y sancionen con más dureza, si no lo hacen ya, a los responsables, incluso con la suspensión de licencia", ha dicho Borg en una rueda de prensa en Bruselas, al término de la reunión de ministros de Agricultura de la UE en la que han abordado esta crisis.
El comisario ha recalcado que "no se trata de un problema de seguridad pública", sino de un caso de "fraude por razones lucrativas", al tiempo que ha explicado que el mercado único ha favorecido que el problema se extendiera por numerosos países de la UE, pero también ha permitido poner en marcha los instrumentos necesarios para actuar y detectar el fraude.
Varios Estados miembros, con Francia a la cabeza, reclaman normas más exigentes en materia de etiquetado para que figure en el mismo el origen de los productos transformados, pero otros países, entre los que se encuentra España, no lo ven necesario.
Borg, por su parte, ha dicho que sus servicios examinarán en los próximos meses la información generada por esta crisis y evaluarán la posibilidad de propuestas concretas antes de que acabe el año para unas normas más "severas" en el etiquetado, si bien ha asegurado que se debe a la voluntad de ofrecer "mayor transparencia" al consumidor.
El ministro de Agricultura irlandés, Simon Conveney, cuyo país ocupa este semestre la presidencia de turno de la UE, ha concedido que "no hay garantía de que no vuelva a ocurrir" un fraude similar, pero ha subrayado que existen leyes para actuar.
También ha llamado la atención sobre la importancia de realizar los controles apropiados y ha apostado por "generalizar" las pruebas de ADN sobre los productos cárnicos para evitar nuevos fraudes, como ya se hace en países como Irlanda y Reino Unido. "El etiquetado no va a evitar el fraude, solo a dar más información sobre el producto", ha añadido.
"Se ha producido un fraude de escala masiva porque tenemos un mercado común y sólo cuando hemos hecho test modernos, nunca utilizados hasta ahora como los de ADN, hemos visto el alcance", ha insistido Conveney.