MADRID, 18 Sep. (EUROPA PRESS) -
La trombosis venosa profunda es la principal causa de muerte prevenible en los hospitales, por delante de la neumonía o las infecciones sanguíneas asociadas al catéter. No en vano, el 60 por ciento de los casos se producen tras un ingreso hospitalario, según datos de la Sociedad Internacional de Trombosis y Hemostasia (ISTH, en sus siglas en inglés).
Con motivo del Día Mundial de la Trombosis que se celebra el próximo 13 de octubre, esta entidad pretende mejorar la sensibilización y animar a organizaciones de todo el mundo a realizar campañas sobre la prevención de esta patología cardiovascular. Entre los principales factores de riesgo destacan el estar inmovilizado y pasar por el quirófano.
CAUSAS DE LA TROMBOSIS
La enfermedad se origina cuando la sangre en el interior de una vena, generalmente de las piernas, se coagula e impide el flujo normal hacia el corazón. El coágulo obstruye el vaso sanguíneo, por lo que normalmente produce dolor, la extremidad se hincha y aumenta la temperatura de la piel.
Si se detecta a tiempo se puede controlar y fácilmente se convierte en una enfermedad crónica, con la prescripción de fármacos anticoagulantes. Pero en ocasiones el coágulo en el interior de una vena se puede romper y pequeños fragmentos, llamados émbolos, desplazarse siguiendo el flujo normal de las venas, hacia los pulmones.
EMBOLIA PULMONAR
Como los vasos de este órgano se ramifican y estrechan, los émbolos acaban colapsando las arterias pulmonares, provocando una embolia pulmonar. Como consecuencia la arteria pulmonar no se oxigena y se produce una insuficiencia respiratoria y una sobrecarga para el corazón.
La embolia pulmonar puede no presentar síntomas y su pronóstico es peor que la trombosis. En España, su mortalidad en un hospital es superior a la del ictus y a la del infarto de miocardio.
No obstante, su incidencia no es del todo precisa, porque en la mayoría de casos los pacientes siguen un tratamiento anticoagulante durante un tiempo y se curan. Es más frecuente en personas mayores y en mujeres, aunque puede ocurrirle a cualquier persona.
En 2001 diferentes expertos pusieron en marcha el Registro Informatizado de la Enfermedad Tromboembólica (RIETE), una base de datos sobre la enfermedad tromboembólica venosa y, desde entonces, cuenta ya con más de 60.000 pacientes y médicos colaboradores en más de 250 hospitales de 24 países diferentes.