VALÈNCIA 5 Jun. (EUROPA PRESS) -
El buen tratamiento de la piel situada alrededor de las úlceras en el paciente terminal aumenta su supervivencia y, sobre todo, proporciona significativamente una mejor calidad de vida en sus últimos días.
Así, se desprende de la investigación realizada por la profesora de la Universidad Católica de Valencia (UCV) Maribel Pastor, enfermera del Hospital de Sagunto, que concluye que estos pacientes en cuidados paliativos fallecen "con mayor dignidad". Los resultados obtenidos por Pastor forman parte del estudio realizado para la tesis doctoral con calificación 'cum laude' que ha defendido en la propia UCV, según la institución académica.
El número de días en la vida del paciente se extiende "entre dos semanas y un mes de media", pero "lo más importante de la investigación" para la profesora de la UCV es haber descubierto que "el tratamiento correcto -e inmediato al ingreso hospitalario- de la piel perilesional de estas personas tiene una gran influencia en cómo vive el final de su vida y cómo lo viven sus familiares".
Así, ha señalado que se trata de personas que van a morir en un periodo de tiempo menor a seis meses --el ingreso de aquellas incluidas en el estudio ha sido de aproximadamente dos meses-- y las lesiones por presión provocadas por la falta de movilidad constituyen una de las complicaciones más prevalentes en pacientes en situación terminal y representan un reto significativo en los cuidados paliativos", ha explicado Pastor.
Estas úlceras y otros tipos de lesiones, causadas por la presión mantenida sobre áreas vulnerables, provocan "un gran malestar" al enfermo, relata la experta del Hospital de Sagunto: "Por ejemplo, las heridas de esta naturaleza que produce la piel lesionada en mayor o menor grado y tienen un mal olor o mucho líquido, son extremadamente molestas y afectan, tanto al pronóstico del paciente como a su calidad de vida".
Sin embargo, "si los cuidados paliativos incluyen un buen tratamiento de las lesiones por presión que pueda presentar, consigues que ese paciente esté mucho más confortable, más a gusto, lo que posee un efecto psicológico". Así, "podrá enfrentar mejor el resto de sus problemas vitales y espirituales antes de morir, y hacerlo con más dignidad", ha aseverado.
LA NEGATIVA A CAMBIOS POSTURALES, FACTOR DE RIESGO
Tras su ingreso en el hospital, la "tolerancia" a cambios posturales del paciente con lesiones por presión es un factor protector para su mayor supervivencia, mientras que la "negativa de los familiares" a que se realicen esos cambios constituye un factor de riesgo.
Otros elementos que favorecen la ampliación de la vida son la menor cantidad de úlceras, la mayor funcionalidad basal, el buen estado de la piel perilesional y el nivel de albúmina. En cuanto a otros factores de riesgo, la profesora de la UCV señala la presencia de infecciones y el mal estado de la piel perilesional.
"La fisiopatología de estas heridas se ve influida por múltiples factores, como la inmovilidad, la malnutrición, la hipoperfusión tisular y el estado inflamatorio sistémico, lo que las convierte en un marcador clínico relevante en la evolución del paciente paliativo, un predictor clave de la supervivencia en pacientes terminales", ha relatado.
El estudio realizado por Pastor ha sido de tipo observacional, descriptivo y longitudinal con un diseño analítico multivariante entre 2020 y 2024 en cien pacientes terminales del Hospital General Universitario de Valencia y el Hospital de Atención a Crónicos y Larga Estancia Dr. Moliner, de Serra. Las patologías más numerosas de las personas que han formado parte de la investigación han sido de tipo neurológico y oncológico.