MADRID 18 Oct. (EUROPA PRESS) -
No existe un tratamiento curativo del linfedema, ya que es una patología crónica, por lo que las medidas de prevención son fundamentales, asegura Carolina Fernández, fisioterapeuta de iQtra Medicina Avanzada, quien recomienda el ejercicios preventivos y tratamiento con técnicas de fisioterapia para controlar su progresión.
"Una vez que aparece, con la aplicación de diversas técnicas de fisioterapia conseguimos disminuir el volumen del linfedema, reducir sus síntomas y evitar la progresión y posibles complicaciones", explica.
El linfedema es una inflamación que se produce al bloquearse el sistema linfático, sobre todo en mujeres que han sido sometidas a tratamiento quirúrgico del cáncer de mama, esta complicación puede aparecer en el brazo. Se calcula que una de cada cuatro mujeres en esa circunstancia desarrollará linfedema, apareciendo sobre todo en el primer año tras la cirugía.
"Este problema sucede cuando el sistema linfático está afectado y se obstruye, siendo la causa más frecuente la destrucción de vasos linfáticos en el tratamiento por cáncer de mama", explica la fisioterapeuta.
El 97% de los casos de linfedema se desarrollan durante los primeros 4 años posteriores a la cirugía, aunque puede aparecer incluso hasta 15 años después. Los principales síntomas que provoca son: hinchazón del brazo del lado afectado, dolor, sensación de tirantez y pesadez, problemas en el hombro (falta de movilidad, capsulitis adhesiva, dolor neuropático, infecciones y problemas dermatológicos) y en algunos casos también afecta al estado de ánimo por el aspecto que presenta la extremidad afectada.
"Es fundamental que los pacientes con riesgo de linfedema, especialmente las mujeres intervenidas por cáncer de mama, conozcan las medidas preventivas ante esta complicación", insiste Carolina Fernández.
Las técnicas que suelen usarse son drenaje linfático manual; métodos de compresión externa, y presoterapía neumática secuencial intermitente. Mientras que, como preventivos, recuerda que es importante mantener una postura adecuada en el postoperatorio inmediato; mantener medidas de higiene y cuidado; evitar todo aquello que obstruya o dificulte la circulación de retorno del brazo y realizar ejercicios diarios (respiraciones, movimientos del miembro superior y cervicales).