MADRID, 16 Jun. (EUROPA PRESS) -
El tratamiento de la enfermedad valvular aórtica de forma percutánea está ofreciendo ya resultados a corto, medio y largo plazo similares a los de la cirugía en pacientes que no son operables o que tienen un riesgo quirúrgico alto e intermedio.
Así lo han destacado los asistentes a la 28 Reunión Anual de la Sección de Hemodinámica y Cardiología Intervencionista de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), celebrada la semana pasada en Cádiz, donde se presentaron los datos del registro de implantes de prótesis aórticas transcatéter (TAVI), un procedimiento que ha aumentado en los últimos años.
En concreto, en dos años se han conseguido casi duplicar el número de pacientes incluidos en el registro, ya que empezaron en año 2015 con 2.900 y en 2016 ya tenían casi 5.500, según ha informado la vocal de la Sección de Hemodinámica y Cardiología Intervencionista de la SEC, Pilar Jiménez.
Hasta hace poco, la cirugía era el único tratamiento para la estenosis aórtica degenerativa en personas mayores con muchas comorbilidades con un pronóstico malo cuando la enfermedad se hacía sintomática.
"Pero desde hace unos años ha surgido el tratamiento transcatéter de la válvula aórtica, que en un principio se utilizó en pacientes inoperables o de alto riesgo y estudios aleatorizados demostraron que era comparable a la cirugía", según esta experta.
La estenosis aórtica degenerativa es la enfermedad más frecuente en personas mayores de 75 años, que consiste en una lesión que afecta a la válvula aórtica causada por la acumulación de calcio lo que impide que la válvula se cierre de forma hermética. Existen tres estadios de la patología (leve, moderada y grave).
El tratamiento de la valvulopatía aórtica está evolucionando debido a que las indicaciones médicas se han ampliado y ya no solo lo reciben los pacientes inoperables sino también aquellos de riesgo intermedio. Como explica Jiménez, en un 80 por ciento de los pacientes tenemos dos alternativas, la cirugía y el tratamiento transcatéter de la válvula aórtica, aunque "la primera es una intervención más agresiva".
"Es muy importante tratar la estenosis aórtica degenerativa, ya que cuando se vuelve sintomática aumenta la mortalidad del paciente. Dependiendo del tipo de síntomas, la supervivencia varía entre uno y tres años, y este riesgo se puede paliar corrigiendo esta anomalía", comenta la doctora.
Durante las jornadas también se han presentado novedades en farmacología en intervencionismo coronario, en imagen y fisiología como "la valoración del flujo coronario a través de un software que permite su análisis a partir una reconstrucción angiográfica, además de tratar ampliamente la iFR (o ratio instantánea wave-free), en la valoración funcional de las lesiones coronarias y su posible superioridad al FFR (reserva fraccional de flujo).