MADRID, 29 Nov. (EUROPA PRESS) -
La última novedad en para tratar lesiones en el menisco es un tratamiento no quirúrgico que consiste en infiltrar bajo control ecográfico, en la fisura del menisco, un concentrado de factores de crecimiento que se extrae de la sangre del paciente, según ha explicado el director médico de iQtra Medicina Avanzada, Ángel Villamor durante la III Jornada COT (Cirugía Ortopedia y Traumatología).
Estos factores son unas sustancias que estimulan el líquido sinovial para la reparación del tejido meniscal. Esta infiltración tiene varios efectos, tanto antiinflamatorio como de angiogénesis y anabólico.
Por un lado, el efecto antiinflamatorio, ya que el plasma rico en factores de crecimiento disminuye la inflamación y aumenta la proliferación de células correspondientes al tejido dañado en el que se aplica.
Por otro lado, un efecto angiogénesis, esto es, la capacidad de las heridas para cicatrizar depende en gran medida de la capacidad de los nuevos vasos para formarse, y en esto consiste la angiogénesis, en la formación de vasos sanguíneos a partir de los vasos preexistentes.
También se produce un efecto anabólico, pues la composición del PRP contiene múltiples factores, la mayoría de los cuales ha demostrado individualmente un potente efecto anabólico óseo. Supone una estimulación a que el organismo cree nuevas fibras de colágeno.
El plasma rico en factores de crecimiento facilita y estimula la cicatrización sin depender exclusivamente de la capacidad de cicatrización del paciente, lo que es una ayuda extra a los tejidos para que se recuperen correctamente. "Con este método, estamos evitando muchas cirugías, y teniendo éxito en roturas meniscales que, de otra manera no hubieran tenido solución que no fuese quirúrgica", destaca Villamor.
En la jornada también se ha hablado de la meniscectomía, la cirugía de menisco, una de las más realizadas en el mundo, con un millón de intervenciones cada año, y llegando esta cifra a las 7.000 cirugías cada semana, solo en Europa.
Los meniscos son dos estructuras de fibrocartílago que se encuentran entre el fémur y la tibia. Son transcendentales en el funcionamiento de esta articulación, ya que permiten absorber el impacto y actuar como "amortiguadores". Los meniscos se rompen porque, además, de una función de amortiguación, también son elementos flexibles que se adaptan y modifican en cada uno de los gestos que realiza el paciente. Eso supone un estrés mecánico mayor para todas las fibras que lo componen y en muchos casos, terminan fracasando simplemente por el uso y en otros por gestos violentos.
Hay dos motivos principales por los que se puede romper un menisco son una torsión violenta de la rodilla y otro, una rotura degenerativa, por el uso del mismo. Puede ocurrir en deportes más continuos, sin necesidad de torsión, simplemente por el impacto de la carrera o también con por la degeneración natural que nuestros tejidos sufren con la edad.
En este sentido, Villamor ha explicado los criterios más importantes para operar un menisco roto. Por un lado, es necesario atender a la edad y la complexión del paciente y, por el otro, el estado del ligamento cruzado anterior. Si éste está roto, la recuperación de la meniscectomía no va a tener tanto éxito, ya que el paciente se tendría que recuperar de dos lesiones al mismo tiempo.