Los trastornos de la voz son más frecuentes entre docentes y locutores, según experto

Archivo - Mujer con dolor de garganta.
Archivo - Mujer con dolor de garganta. - NENSURIA/ISTOCK - Archivo
Publicado: martes, 16 abril 2024 13:49

MADRID, 16 Abr. (EUROPA PRESS) -

El riesgo de padecer trastornos de la voz, como la afonía o disfonía, es más elevado en profesionales docentes, locutores de radio y televisión, actores o cantantes, debido al "uso prolongado de la voz", según explica el médico de Cinfa, Julio Maset, quien añade que se trata de "un problema generalizado y motivo de consulta frecuente en las unidades de foniatría".

Según detalla el experto, la afonía y la disfonía son los trastornos de la voz más comunes. "La primera implica la pérdida total de la voz o que ésta sea prácticamente inaudible. Aunque la persona trate de forzar las cuerdas vocales para hablar, es incapaz de articular sonidos inteligibles", señala.

"En el caso de que esta pérdida no sea total, pero exista dificultad para producir sonidos al hablar o de que haya cambios en la intensidad, volumen, tono o timbre, estamos hablando de disfonía o ronquera. Este segundo trastorno es, por tanto, menos grave y más frecuente y, si no se trata adecuadamente o si se complica, puede transformarse en una afonía", destaca el doctor Maset.

CAUSA ORGÁNICA, FUNCIONAL Y PSICOLÓGICA

La causa de la afonía puede ser orgánica, funcional o, incluso, psicológica. Entre las primeras, una de las más comunes es la inflamación de la laringe, que es la parte del sistema respiratorio donde se hallan las cuerdas vocales.

En este caso, la voz se recupera normalmente tras dos o tres días de reposo en un ambiente cálido y correctamente humidificado, aunque, a veces, si el médico así lo indica, es necesario el uso de antiinflamatorios.

Por otro lado, la laringitis puede estar originada por una infección o inflamación de las vías respiratorias como el resfriado, un mal uso continuo de la voz como gritar o cantar fuerte, respirar sustancias irritantes como polvo, humo o gases, consumir tabaco o alcohol o tomar comidas picantes, demasiado frías o calientes.

En caso de que sea un reflujo gastroesofágico el que haya provocado la laringitis, puede ser necesario tratar este con antiácidos y ,medidas como evitar comidas condimentadas o fritas y reducir el consumo de café.

"También los gritos excesivos o el llanto pueden provocar afonía en los niños, quienes pueden sufrir, asimismo, malformaciones congénitas", detalla el doctor Maset.

Por último, en el caso de la disfonía psicógena, no hay una lesión anatómica o neurológica sino que se trata de un proceso psicológico que conduce a la disfonía (como miedo a perder la voz o una preocupación excesiva por el cuidado de la voz).

En cambio, si, como apunta el doctor Maset, el origen del trastorno fuera funcional, "la persona deberá modificar los malos hábitos en el uso de las cuerdas vocales con la ayuda de un foniatra o especialista del habla. Y, si la disfonía se repitiera o durara más de quince días, es conveniente realizar una exploración de la laringe para descartar posibles lesiones".

MANTENER LAS CUERDAS VOCALES HIDRATADAS, ENTRE LOS CONSEJOS

Ante este contexto, desde CINFA han elaborado una serie de recomendaciones para prevenir los trastornos de la voz, entre los que destaca mantener las cuerdas vocales hidratadas, bebiendo líquido en abundancia, a ser posible, a sorbos y con mucha frecuencia, y reducir el consumo de bebidas alcohólicas o con cafeína.

Asimismo, aconsejan respirar adecuadamente, inspirando por la nariz y no por la boca y ,al hablar, realizar respiración abdominal en lugar de torácica, así como hacer un buen uso de la voz, hablando de manera pausada y con un tono e intensidad moderados.

No carraspear con demasiada frecuencia, cuidar la postura corporal, no fumar, y prestar atención a la alimentación, evitando las comidas picantes, son otros de los consejos que sugieren desde Cinfa para evitar los trastornos de la voz.

A su vez, aconsejan evitar ambientes secos, moderando el uso del aire acondicionado y la calefacción; dormir lo suficiente, siendo recomendable entre siete y ocho horas; y consultar a un profesional en caso de que las disfonías o afonías sean frecuentes o duraderas.

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