MADRID, 12 Jun. (EUROPA PRESS) -
Un nuevo estudio del Instituto de Investigación de la Salud de Lawson (Canadá) sugiere que los trasplantes fecales podrían utilizarse como tratamiento para la enfermedad de hígado graso no alcohólico (NAFLD). El ensayo controlado aleatorio, publicado en la revista 'American Journal of Gastroenterology', determinó que los trasplantes fecales en pacientes con NAFLD dan lugar a una reducción de la facilidad con que los patógenos y otras moléculas no deseadas pasan por el intestino humano y entran en la circulación, lo que se conoce como permeabilidad intestinal.
"La permeabilidad intestinal desempeña un papel en el desarrollo del síndrome metabólico, que es una de las principales causas de las enfermedades coronarias y cerebrovasculares. También se ha asociado con enfermedades autoinmunes como la esclerosis múltiple (EM), la artritis reumatoide, el lupus sistémico y la diabetes de tipo 1", explica el doctor Michael Silverman, autor principal del trabajo.
Muchos pacientes con NAFLD tienen una mayor permeabilidad intestinal, lo que provoca inflamación, aumento de la grasa en el hígado, resistencia a la insulina y niveles elevados de triglicéridos en la sangre. Se cree que el microbioma humano (la diversa colección de microbios en nuestro cuerpo) juega un papel importante. Estudios anteriores han demostrado diferencias entre el microbioma intestinal de los pacientes de NAFLD en comparación con los individuos sanos.
El ensayo incluyó a 21 pacientes asignados al azar para recibir un trasplante fecal utilizando heces de un donante sano o un placebo (las propias heces del paciente). La materia fecal fue entregada al intestino delgado mediante una endoscopia. Se hizo un seguimiento de los pacientes durante seis meses para evaluar los cambios en su microbioma intestinal, la permeabilidad intestinal, el porcentaje de grasa del hígado y la resistencia a la insulina.
Aunque los investigadores no encontraron cambios en el porcentaje de grasa hepática o en la resistencia a la insulina, observaron una reducción significativa de la permeabilidad intestinal en aquellos pacientes que tenían una elevada permeabilidad intestinal al comienzo del estudio (siete pacientes en total). También observaron cambios en el microbioma intestinal en todos los pacientes que recibieron un trasplante fecal de un donante sano.
"Nuestro estudio demuestra que la permeabilidad intestinal puede ser mejorada a través de un trasplante de heces de un donante sano. Esto sugiere que el trasplante fecal podría ser usado como una intervención temprana en el tratamiento de NAFLD para reducir la permeabilidad intestinal y prevenir la inflamación", argumenta otra de las responsables de la investigación, Laura Craven.