SEVILLA 10 Oct. (EUROPA PRESS) -
El trabajo especializado y de corrección en los parámetros de la voz, la respiración y el control del soplo en pacientes geriátricos que sufren alteraciones vocales provoca cambios positivos en la interacción comunicativa del anciano, sintiéndose más seguro y evitando su aislamiento social, según revela un estudio presentado recientemente en el VII congreso de la 'European Union Geriatric Medicine Society (EUGMS)', que se ha celebrado en Málaga.
Este trabajo, al que ha tenido acceso Europa Press, partió precisamente de la premisa de que el deterioro vocal (presbifonía) puede interferir en la capacidad de comunicación y en la calidad de vida de las personas ancianas.
Por ello, estableció como objetivo trabajar la terapia vocal en esta población diana para mejorar las alteraciones de la voz, que se producen como consecuencia del mismo envejecimiento natural. Con vistas a este fin, los investigadores de este estudio realizaron 14 sesiones en grupos formados por hombres y mujeres con edades comprendidas entre los 65 y los 80 años, llevándose a cabo tres veces por semana.
Al finalizar cada sesión, que tenía una duración de 45 minutos, se les pasaba un test para conocer la impresión de los sujetos con respecto al estado de su voz y a la realización del programa. Se trabajaba el uso y técnica vocal, valorando además las características acústicas de la voz.
Según los autores del trabajo, los resultados obtenidos fueron los esperados en su gran mayoría, mejorando los parámetros vocales, la calidad de voz y su patrón respiratorio. Además, el cien por cien de los participantes manifestó que la terapia le ha sido beneficiosa, que volverían a repetir y que tienen una mejor respiración y sensación de relajación.
Por todo ello, concluyen en su estudio que si se trabaja los parámetros de la voz, la respiración y el control del soplo, se produce un cambio positivo en la interacción comunicativa. El anciano, sostienen, se siente más seguro y tiene necesidad de comunicarse, evitándose el aislamiento social. Este trabajo ha sido llevado a cabo por especialistas de AstraZeneca, la SESCAM y la UCLM, de Talavera de la Reina.