PAMPLONA 11 Sep. (EUROPA PRESS) -
El Plan Foral de Drogodependencias coordina durante este año un proyecto piloto con más de 3.600 menores navarros, de 6 a 18 años, que pretende evaluar diferentes modelos de prevención e intervención ante el consumo de drogas para comprobar su eficacia y ampliar, si es el caso, su ámbito de actuación.
Se trata de una iniciativa de carácter innovador, ya que aborda el problema desde un punto de vista global, tanto en lo que se refiere al adolescente y su entorno como a los recursos sociales que intervienen, según ha explicado el Gobierno de Navarra en un comunicado.
En este proyecto participan los ayuntamientos de Estella, Burlada y Zizur Mayor; la Mancomunidad de Servicios Sociales de Base de Lazagurría, Lodosa, Mendavia, Sartaguda y Sesma; y la Fundación Ilundáin-Haritz Berri. Para financiar estas actuaciones, el Gobierno de Navarra ha destinado 82.000 euros a estas entidades, procedentes del Fondo de Decomisos del Plan Nacional sobre Drogas.
El objetivo de esta iniciativa es ensayar, por un lado, procedimientos que favorezcan la detección precoz de los menores que tienen más riesgo de consumir drogas. Por otro lado, también se prueban estrategias de intervención con estos menores en los diferentes espacios de su vida cotidiana como, por ejemplo, el ámbito familiar, el educativo o el del ocio y tiempo libre.
Para ello se trabaja la situación de los menores de una manera global y con todos los recursos disponibles como son los centros educativos, los servicios sociales de base, los centros de salud, los centros de atención a la mujer, los centros juveniles, los grupos de tiempo libre, los clubes deportivos, etc.
MENORES VULNERABLES Y FACTORES DE RIESGO
Como se ha indicado, este proyecto pretende facilitar una detección precoz, generalmente por parte de los centros educativos y de los servicios sociales de base, de adolescentes y jóvenes vulnerables, es decir, que presentan una serie de factores de riesgo que aumentan la probabilidad de que consuman drogas y tengan problemas con las sustancias. Pueden ser de ámbito personal, familiar, educativo o social.
Entre los factores del ámbito personal destacan la baja autoestima, el bajo nivel de autocontrol o los trastornos de conducta. Por su parte, en la esfera familiar influyen las normas y límites inconsistentes, la permisividad con los horarios nocturnos, no facilitar espacios de estudio, la falta de apego o el consumo de sustancias por parte de familiares.
En el entorno educativo los factores más relevantes son la falta de motivación en los estudios, el absentismo y el fracaso escolar. Finalmente, en el ámbito social se encuentran la falta de recursos de ocio y tiempo libre, y las relaciones que se establecen dentro de la comunidad.
Posteriormente, una vez detectados los menores vulnerables se desarrolla con ellos una intervención global que facilite, entre otras cuestiones, la adquisición de habilidades sociales y el fortalecimiento de una serie de factores de protección que disminuyan el riesgo de consumir sustancias estupefacientes.
LOS DISTINTOS MODELOS
El modelo descrito en el apartado anterior es el que está desarrollando el Ayuntamiento de Estella con menores de 6 a 18 años. Por lo tanto es un proyecto global que abarca a los centros educativos, a las familias y a los agentes relacionados con el ocio y el tiempo libre de los menores.
Por su parte, la Mancomunidad de Servicios Sociales de Base de Lazagurría, Lodosa, Mendavia, Sartaguda y Sesma se ha centrado en el medio educativo con menores que cursan la Educación Secundaria Obligatoria y sus familias en los institutos Pablo Sarasate de Lodosa y Joaquín Romera de Mendavia.
En cuanto al Ayuntamiento de Zizur Mayor, se impulsa la promoción e inserción social, a través del apoyo educativo, de menores de 6 a 12 años que presentan un riesgo de exclusión social, carencias afectivas o situaciones de absentismo escolar. Esta iniciativa se desarrolla en el centro juvenil con la colaboración de los servicios sociales y los colegios de la localidad.
El Ayuntamiento de Burlada desarrolla una modalidad de prevención e intervención desde el ocio con adolescentes de 13 a 16 años que proceden de familias vulnerables. Los profesionales municipales trabajan con ellos una serie de habilidades sociales a través de un grupo de tiempo libre que se reúne semanalmente en el centro juvenil de la localidad y realiza diferentes actividades.
Finalmente, la Fundación Ilundáin-Haritz Berri trabaja en la evaluación de su proyecto de centro libre de consumos con los jóvenes que cursan programas de currículo adaptado o de cualificación profesional inicial.
Esta iniciativa también se extiende a los educadores, que reciben formación específica, y al personal de administración y de servicios. Este proyecto recoge herramientas metodológicas y de intervención ante situaciones muy concretas como qué hacer si un alumno llega al centro bajo la influencia de las drogas. Actualmente, esta entidad trabaja también en la transferencia de este proyecto a otros tres centros con programas educativos similares.